El padre de la criatura

08:42h

Cuando el ministro de la Producción, Gustavo Fernández, dijo en Pelado Stream que Marcelo Orrego hizo más por la minería en un año que Sergio Uñac en ocho, no habló del pasado. Parece una paradoja, pero no lo es. La discusión está orientada hacia el futuro.

Y se puede sintetizar en una pregunta: ¿quién es el padre de la criatura?

Este 7 de mayo fue histórico el acto conmemorativo del día de la minería, porque por primera vez se llevó a cabo en Veladero, con motivo de cumplirse 20 años desde la puesta en producción de ese gigante de oro y plata ubicado en el Valle del Cura.

En el festejo estuvo implícita la frustración también: hace 20 años no se logra poner otra mina en funcionamiento en la provincia. No una de esa magnitud. En el medio pasaron la pequeña Casposo en Calingasta. Y la mediana y sobreviviente Gualcamayo en Jáchal.

Pero ninguno de los gigantes del cobre, de categoría mundial, se puso en marcha. Hubo vía libre, declaración de impacto ambiental y alta licencia social, pero los billetes no aparecieron. Hubo muchas razones, pero la mayoría giró en torno a la inseguridad jurídica.

Javier Milei les llevó tranquilidad a los capitales con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones o RIGI. Y, de yapa, les habilitó el giro de divisas con el fin del cepo cambiario. Queda el capítulo de la Ley de Glaciares, con alguna imprecisión que todavía genera incertidumbre.

Pero todo parece dado para que, en un plazo razonable, esa gran minería del cobre finalmente despierte. Y cuando lo haga, se sentirá no solo en San Juan sino en toda la región. Puede suceder una catarata. Primero Josemaría, luego Los Azules. Y de ahí en adelante, Filo del Sol, ¿Pachón alguna vez?, Altar y varios etcétera.

Los más entusiastas sostienen que San Juan no podrá abastecer de mano de obra, insumos y servicios a esa gran minería que viene. Por eso el gobierno de Orrego intenta definir qué se entiende por proveedores locales, para darles cierta preferencia, pero sin alambrar la provincia. Habrá que estar receptivos para que se radiquen empresas de todo el país.

Una alta fuente del orreguismo confesó, hace un par de semanas, en una charla reservada con este periodista, que la gran minería podría explotar -en el buen sentido- después del 2027. Y ese es el dato crítico para todo el arco político.

¿Quién se pondrá la corona de laureles? ¿Quién se subirá al atril para presentar el primer cobre producido en San Juan, como pudo presentar José Luis Gioja el primer lingote de oro de Veladero en 2005?

Ese es el quid de la cuestión. Porque políticamente, la primera gran mina de cobre que se ponga en producción será el gran trofeo político para el gobierno de turno. Sea Orrego o sea el que venga a continuación.

Hacia atrás habrá una disputa muy acalorada respecto de quién tuvo mayores méritos. Quién generó las condiciones para la inversión. Gioja dirá que fue él, como impulsor de la minería cuando era mala palabra en San Juan. Uñac dirá que fue él, porque mantuvo a la provincia en los primeros puestos del ranking Fraser. Y Orrego dirá que fue él, por las razones que expuso el ministro Fernández en Pelado Stream.

Una cosa lleva a la otra. El día que arranque de verdad la gran minería del cobre, habrá un derrame económico inmediato, con inversiones billonarias que de golpe se volcarán en el mercado interno a través de salarios y contratos. Ya pasó con Veladero. Con cualquiera de las otras minas en carpeta se multiplicará varias veces aquella experiencia de hace 20 años.

Pero eso tiene la minería, cierta cuota de ingratitud con los gobiernos de turno. Porque los resultados nunca son inmediatos. Porque todo funciona a largo plazo. Y el que siembra hoy, puede no ser el que coseche mañana.

O, dicho más fácilmente, cuesta saber quién fue el padre de la criatura.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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