25 Mar 23:30h

Flaco favor le hicieron al gobernador los policías que chocaron las tres flamantes Toyota Hilux, minutos después del acto oficial de presentación de las movilidades, equipamiento y nombramientos. Sin embargo, fue un evento aleccionador: la política de seguridad es altamente vulnerable y requiere de un ojo vigilante. Un ojo político implacable.

‘Buscamos que a la policía se la respete y a los jueces se les tenga miedo’, dijo Marcelo Orrego este martes en el Parque de Mayo, frente a la prensa convocada para lucir la inversión en materia de seguridad. El tenor de su discurso estuvo en línea con una preocupación creciente y una demanda ciudadana explícita.

‘Buscamos que a la policía se la respete y a los jueces se les tenga miedo’, dijo Marcelo Orrego

Orrego expulsó de la Secretaría de Estado de Seguridad a Gustavo Sánchez y recién cuatro meses después designó al reemplazante, Enrique Delgado, exdirector del Servicio Penitenciario Provincial.

Como ya se editorializó en PeladoStream (te dejo el link), la misión del nuevo funcionario con rango ministerial será ponerle mucha política a los uniformes. Entiéndase bien el punto.

Sánchez se fue dejando una doble impresión. Por un lado, fue un hombre abierto al diálogo. Por el otro, los resultados de la gestión no se vieron. Incluso, los conflictos escalaron a tal punto que se fue anticipadamente el Jefe de Policía, Eduardo Lirola.

Delgado llegó con un rasgo muy suyo: la identificación política con Juntos por el Cambio. Desde que llegó al a vicepresidencia del Foro de Abogados en 2016 lo hizo con la camiseta amarilla. Nunca se la quitó.

Su trayectoria continuó como titular de la Dirección Nacional de Migraciones Delegación San Juan, entre 2018 y 2019. Luego fue asesor del Consejo de la Magistratura de la Nación, entre noviembre de 2022 y diciembre de 2023.

Delgado tendrá que interpretar y ejecutar el mensaje político de Orrego, frente a la demanda ciudadana y la queja cada vez más encendida de los intendentes. En especial, los justicialistas.

Delgado tendrá que interpretar y ejecutar el mensaje político de Orrego, frente a la demanda ciudadana y la queja cada vez más encendida de los intendentes.

Tanto el jefe comunal de Rawson, Carlos Munisaga, como la jefa comunal de Chimbas, Daniela Rodríguez, tienen buen diálogo con Orrego pese al diferente color político. En la intimidad, en más de una ocasión le plantearon al gobernador su preocupación por el índice delictivo.

Aunque la seguridad sea competencia de la provincia, los municipios no salen indemnes del malhumor social. Y es año electoral, por si alguien lo olvidara. El clima en la calle se termina expresando en las urnas.

Orrego tomó nota de la delicada situación en materia de seguridad y este martes abrió la semana hábil con un acto de alto impacto. Con un discurso de mano dura, al estilo del presidente Javier Milei y de la ministra Patricia Bullrich.

No llegó a decirlo de este modo, pero quedó la idea nítida: el Estado estará del lado de los sanjuaninos de bien. Signo de los tiempos.

Fue una suerte de relanzamiento de la política de seguridad, con una cantidad de anuncios.

• El nombramiento de 100 agentes y 30 oficiales
• El ascenso de 888 efectivos policiales y 280 miembros del Servicio Penitenciario Provincial.
• La entrega de 25 camionetas (tres de ellas chocadas minutos después)
• 60 motos
• 13 autos y SUV
• 1100 chalecos antibalas
• 40 pistolas Taser
• 481 movilidades reparadas y nuevamente en funcionamiento
• 100 nuevas cámaras de vigilancia para el CISEM
• 16 cámaras IP destinadas al Servicio Penitenciario Provincial.

‘Los delincuentes le van a temer a la policía y a los jueces le tendrán terror’, repitió Orrego en su discurso. ‘Garantizar un buen servicio de seguridad requiere efectivos cada vez más profesionalizados y recursos acordes a las circunstancias’, afirmó el gobernador.

La moraleja final, luego de la distracción y el choque en cadena con las Hilux cero kilómetro, sería que la mano dura empiece por casa. Disciplina para mejorar la institución policial, sin tensar demasiado la cuerda. Menuda tarea le toca a Delgado, tras el fallido paso de Sánchez.

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