
05 Sep 09:36h
No debería inquietar al peronismo la declaración del candidato de izquierda, Cristian Jurado. El dirigente dijo que podrían llevarse algunos votos del PJ disconformes con el armado actual, en lo que él denominó como el ‘efecto Ofelia’.
No debería inquietar al peronismo esta teoría porque la izquierda históricamente tuvo una representación mínima en San Juan. O sí. Tal vez deba generar cierta atención.
El ‘efecto Ofelia’, definido así por Jurado, alude a Ofelia Fernández, dirigente del Frente Patria Grande de Juan Grabois, que hace tiempo viene pataleando contra el statu quo del peronismo.
Desde ese punto de vista, el ‘efecto Ofelia’ sintetizaría el malestar de un sector militante con las cúpulas partidarias. Su voto el 26 de octubre puede salir disparado para cualquier lado. No será para la derecha, obviamente.
Por eso se entusiasma la izquierda con captar algún punto que, en otro tiempo, se sintió representado por el kirchnerismo y hoy ya no.
Es el sector que pudo sentirse identificado con las expresiones más progresistas del justicialismo, que hoy están corridas a un segundo plano.
La lista del Frente Fuerza San Juan, integrada por Cristian Andino, Romina Rosas y Fabián Gramajo, tiene impronta municipalista. Los tres comparten un perfil popular, de cercanía con la gente.
Pero ninguno podría definirse como un progresista de centroizquierda.
A ese perfil habría que buscarlo en sectores marginales del movimiento. Hay que hurgar mucho en la lista hasta encontrar a Edith Liquitay, del PTP, entre los suplentes. O Rosana Rubiño, del Frente Grande, como última de los últimos.
Un suscriptor de Pelado Stream compartió una reflexión interesante y movilizante, a propósito de la entrevista con Cristian Jurado. Como lo hizo a través de un mensaje privado, se reserva su identidad. Lo que cuenta es el planteo.
‘Con todo respeto a tu trayectoria, falta que le hagas una nota al Sapo Pepe que resta votos al peronismo’, escribió el suscriptor.
Fue una protesta abierta contra el espacio que este medio le dio a Jurado, en tanto y en cuanto se interpreta como un ataque al peronismo cuando está intentando recomponerse luego de un 2023 para el olvido.
Hay una constante en el periodismo político: cada quien anota el dato que más le duele y tiende a invisibilizar el resto de la información. Jurado pegó parejo. Apuntó contra el peronismo, como también apuntó contra Marcelo Orrego y, por supuesto, contra Javier Milei.
Sin embargo, Jurado jamás le sacaría una milésima a los libertarios porque, como oferta electoral, está en las antípodas de la derecha. Tampoco le sacaría nada al orreguismo, que puede calificarse como una opción de centro, con tintes liberales.
En cambio, la izquierda sí podría arañar algún voto peronista de esos que simpatizan con Myriam Bregman y que le siguen reclamando a ‘la rusa’ que no se haya pronunciado a favor de Sergio Massa en el balotaje de noviembre de 2023.
A Bregman la siguen mirando con afecto desde el sector más progresista del peronismo. Pero si hay un sector progresista, está él sector más conservador que no quiere saber nada con la izquierda. A nivel nacional, tal vez el referente más claro de esta posición sea Guillermo Moreno.
Es un viejo debate, nunca agotado, que se remonta a la relación del General Juan Domingo Perón con Montoneros, que terminó mal cuando los expulsó de la Plaza de Mayo el 1 de mayo de 1974.
Jurado no es Bregman, claro está. Cuando fue candidato a gobernador en julio de 2023 obtuvo apenas el 0,8 por ciento. Unos 3.500 votos.
No debería ser entendido como una amenaza. Salvo que creciera de manera sustancial. Cada voto que sume por encima de aquel valor obtenido hace dos años, ¿será un voto que se le escape al peronismo?
Si Jurado es el Sapo Pepe, entonces el Sapo Pepe es de izquierda. Pero capaz sea peronista también.
PELADO STREAM
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