
25 Jul 14:26h
Fue tendencia Ofelia Fernández este jueves por una osada declaración suya en el canal de streaming Gelatina. Dijo que el peronismo tendría que desatarse de aquella consigna de ‘unidad hasta que duela’ y permitir que cada uno juegue por su cuenta. En otras palabras, que se arme la que se tenga que armar.
Para Ofelia, solo así el peronismo podría darse el debate que viene sofocando. Que solo así podría hundirse en una discusión de verdad sobre el modelo que puede representar a las mayorías. Porque, si no lo hicieran, correrían el riesgo de reincidir.
Es decir: ganar una elección sin tener demasiado claro para qué. Ni más ni menos que lo que le pasó al fallido Frente de Todos.
La propuesta de Ofelia alteró los ánimos. Automáticamente la señalaron como portavoz de Juan Grabois. Al discípulo del Papa Francisco siempre le sedujo la idea de ser contrahegemónico, incluso dentro del movimiento peronista. Nunca se sintió cómodo con los acuerdos de cúpula.
Eso es precisamente lo que está pasando por estas horas en el PJ a nivel nacional: cada uno desde su lugar está haciendo el máximo esfuerzo para evitar que se rompa la unidad precaria que se pudo lograr en provincia de Buenos Aires, como prólogo de la discusión de octubre y, fundamentalmente, la de 2027.
En esta misma línea de escaparle a la ruptura, el peronismo sanjuanino también hizo el esfuerzo. Sergio Uñac y José Luis Gioja terminaron acordando la no-interna, por una cuestión de estricto pragmatismo. Ni ellos ni el partido están en condiciones de disputar nada, hoy lejos del poder.
Con una disciplina a prueba de balas, la ex diputada nacional y ex viceministra de Defensa de Nación, Daniela Castro, dijo este jueves en Pelado Stream que la única salida es mirar hacia adelante. O, en otros términos, intentar sepultar los viejos rencores.
Parece más una expresión de deseo que una realidad palpable. Los resentimientos están. La desconfianza también.
Por eso Castro dijo que toda la discusión debe suceder hasta el día del cierre de listas, el 17 de agosto. Después lo ideal sería que todo el movimiento se arremangara para trabajar por esa nómina de elegidos. Y listo. Se terminó la polémica. ¿Será posible?
Ver para creer.
Castro defendió a Cristina Fernández de Kirchner, al calificar su detención como ‘un acto de injusticia’. Pero tiene vínculos en Buenos Aires con el axelismo, de hecho ha colaborado con el gobierno de Buenos Aires en alguna ocasión. Hoy integra el PJ orgánico a nivel nacional.
En San Juan también buscó una posición equidistante. No niega ni podría negar su origen giojista. De hecho, se convirtió súbitamente en diputada nacional a raíz del fallecimiento de Margarita Ferrá en la tragedia del helicóptero en 2013. Pero hoy dialoga tanto con José Luis Gioja como con Sergio Uñac. De hecho, huyó de la confrontación entre ambos sectores a propósito.
Con la misma mesura, Castro se expresó acerca de Cristian Andino y Fabián Gramajo, los dos nombres que danzan alrededor de la candidatura a diputado nacional. No está militando por ninguno en particular y lo está haciendo por ambos en general.
Lejos, muy lejos de la postura de Ofelia, que reclama un sinceramiento brutal. Si la consigna general es unidad hasta que duela, Ofelia plantea debate hasta que duela. Que el 2025 sea propicio para poner negro sobre blanco.
Subyace a ambas posturas -la de la confrontación y la de la unidad- una misma expectativa: que eventualmente Javier Milei se caerá en las encuestas y que el voto popular volverá naturalmente con el peronismo.
Hasta el politólogo Gustavo Córdoba, de la consultora Zuban, Córdoba y Asociados, lo dijo esta semana en Pelado Stream: el peronismo todavía no encontró la manera de recuperar la credibilidad en la sociedad.
¿Puede ganar? Por supuesto. La victoria está a la vuelta de la esquina. Las elecciones terminan siendo una circunstancia.
La pregunta es ¿para qué?
PELADO STREAM
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