02 Jul 14:24h
En términos generales, a la política y a los políticos sanjuaninos les quedan unas cinco semanas para resolver quién se asociará con quién, de cara a las elecciones de octubre. A esa altura, los nombres de los candidatos tendrán que figurar al menos en borrador.
En esta cuenta regresiva Marcelo Orrego tiene una certeza y una decisión pendiente. La certeza es que no habrá alianza con los libertarios, porque Javier y Karina terminaron de cerrar la puerta el fin de semana pasado.
La decisión pendiente es el enfoque de la campaña. ¿Habrá rivalidad explícita con el gobierno nacional al estilo de Maximiliano Pullaro y Nacho Torres? ¿O habrá simplemente indiferencia y frialdad recíproca?
Orrego ya sepultó las expectativas del desahogo financiero que prometió Javier Milei a cambio de la firma del Pacto de Mayo. La provincia ajustó sus cuentas, perdió recursos federales y se hizo cargo de todo lo que Nación fue dejando tirado por el camino.
Con las cartas echadas, Orrego aceleró el ritmo de inauguraciones. Sin mucha parafernalia, porque su estilo no lo admitiría. Pero el raid de corte de cintas empezó.
No se puede desvincular una cosa de la otra: obras y campaña. No porque sea una idea original del gobernador sino porque ambos conceptos están asociados inevitablemente.
El lunes el gobernador inauguró pavimentos en San Martín, el departamento de Cristian Andino, tal vez el precandidato peronista con mayores chances de competir. Fueron nada menos que 156 millones de pesos de la provincia, billete por billete, destinados a los vecinos de ese muncipio.
San Martín no es la excepción. El Plan Provincial de Pavimentos está en ejecución prácticamente en todos los departamentos. Los intendentes eligen los barrios y el gobierno provincial pone la plata y la ejecución. Orrego en todos lados.
Este martes el gobernador habilitó las obras en la escuela Blas Parera de Rivadavia, con el intendente Sergio Miodowsky, referente de su espacio político.
Orrego pronunció un discurso muy sugestivo, para leer en clave electoral. ‘Aunque no contamos con obras nacionales ni subsidios, sí tenemos coraje, convicción y un gran equipo’, dijo en esa inauguración.
No fue la primera vez que hizo referencia a la asfixia de recursos. A decir verdad, es una muletilla que viene sonando cada vez más fuerte.
No fue un gesto aislado. La semana pasada su diputada más representativa en el Congreso Nacional, Nancy Picón, se reunió con las autoridades y los sindicatos de la Universidad Nacional de San Juan.
Ella misma lo difundió en sus redes sociales. En el encuentro estuvieron también los peronistas Walberto Allende, Fabiola Aubone y Jorge Chica. Si hay algún libertario tomando nota -y seguramente lo hay- habrá registrado el gesto desafiante.

Desafiante porque Picón ya se puso del lado del financiamiento universitario el año pasado, cuando Milei vetó la norma y seguramente contaba con la adhesión de los orreguistas para detener la embestida opositora.
Picón nunca se movió de manera autónoma. Es y seguirá siendo un brazo político de Orrego en el Congreso. Ella expresa la posición del gobierno provincial en la Cámara Baja. Por eso en estos días se llamó a silencio.
Este miércoles la Cámara de Diputados tendrá una nueva convocatoria y dependerá de estos legisladores aliados circunstanciales si se reúne el quórum o se cae la sesión, a pedido de La Libertad Avanza.
Los ánimos están caldeados. Tanto que los gobernadores del ex Juntos por el Cambio están entendiéndose con los peronistas para avanzar en una ley que les permita acceder a los ATN que Toto Caputo tiene pisados. Y les permita coparticipar el impuesto a los combustibles líquidos.
Hasta ahora, buena parte del equilibrio fiscal de Milei se logró a costa de la plata de las provincias. Es una bomba a punto de estallar. No es sostenible.
Aún así, Orrego guardó las formas hasta ahora. Es evidente que la relación política con la Casa Rosada se ha enfriado. Y que así comenzará la campaña. Cada uno por su lado.
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