
21 Mar 13:55h
Con el voto a favor del DNU que habilita a ojos cerrados otro préstamo del FMI, las diputadas de Marcelo Orrego le hicieron una nueva ofrenda al presidente Javier Milei. Fue un gesto político con la expectativa de que en algún momento la Casa Rosada reconozca el acompañamiento sanjuanino. Y el afecto sea recíproco.
Hasta ahora no se vio. Los incontables votos orreguistas a favor del gobierno libertario sirvieron para alcanzar las mayorías imprescindibles en el Congreso. Nada más. Cada vez que San Juan necesitó algún alivio, recibió la misma respuesta: ‘no hay plata’.
No es una apreciación periodística solamente. Lo reconoció el vicegobernador Fabián Martín el lunes pasado en el programa Paren las Rotativas. Frente a la consulta directa, su respuesta fue categórica: no hubo reciprocidad de Nación para con San Juan en este año y tres meses transcurridos. Por el contrario, lo que hubo fue ajuste y más ajuste. Ante cada recorte tuvo que salir la provincia a reponer ese recurso perdido con fondos propios.
Lo que hubo fue ajuste y más ajuste. Ante cada recorte tuvo que salir la provincia a reponer ese recurso perdido con fondos propios.
Pasó en materia de obra pública. Por ejemplo, Orrego se hizo cargo del anillo interno de Avenida Circunvalación frente al abandono de Vialidad Nacional.
Pasó también en muchas otras áreas. Desaparecieron los subsidios al transporte, el Fondo de Incentivo Docente y el ítem Conectividad. Todo se mantuvo con dinero sanjuanino. Ni siquiera la salud escapó a esta dinámica. Cada ahorro de Luis ‘Toto’ Caputo -en pos del equilibrio fiscal- fue una erogación adicional para el ministro Roberto Gutiérrez.
Orrego solo hizo menciones discretas al difícil momento que le toca conducir. En sucesivas ruedas de prensa se refirió a la hemorragia de partidas que antaño enviaban los gobiernos nacionales. Pero se privó de cuestionar la motosierra. Por el contrario, se aferró discursivamente a la austeridad como única forma de encarrilar ‘la herencia K’.
El antikirchnerismo que lo llevó al poder hoy también lo condiciona al gobernador. ¿Por qué? Porque cualquier crítica que esbozara al modelo mileista lo haría pasible de ser tildado de ‘zurdo’ o ‘kuka’ (en el léxico libertario una palabra es sinónimo de la otra).
El antikirchnerismo que lo llevó al poder hoy también lo condiciona al gobernador. ¿Por qué? Porque cualquier crítica que esbozara al modelo mileista lo haría pasible de ser tildado de ‘zurdo’ o ‘kuka’ (en el léxico libertario una palabra es sinónimo de la otra).
Entonces, siga nomás. Orrego mandó siempre a sus diputadas, Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno, a votar a favor de Milei. Con una sola excepción: el veto a la ley de financiamiento universitario. Ese desliz le costó al gobernador una fuerte indisposición en el ala dura libertaria.
Pero fue un episodio aislado. Las diputadas Picón y Moreno estuvieron siempre dentro de las cuentas de Martín Menem a la hora del poroteo. Eso es lo que cuenta en el parlamento, aunque después no se vea reflejado en ninguna atención de la Casa Rosada con la Gobernación de San Juan.
La falta de reciprocidad tendrá otras repercusiones, hasta ahora invisibles. Fabián Martín dijo el lunes pasado que es factible un acuerdo electoral con LLA en la provincia, siempre y cuando se cumplan dos condiciones.
La primera, que no sea solo una intercalación de candidaturas sino que haya otro tipo de entendimiento programático. Es decir, que se revierta esta asimetría de acompañamiento irrestricto por un lado versus indiferencia por el otro.
La otra condición es que el primer lugar de la lista sea para el orreguismo. Es altamente probable que ese frente electoral hipotético nunca prospere. La división se consumó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, valga el antecedente.
Es complejo el panorama que enfrentan electoralmente el orreguismo y los libertarios en San Juan, porque sus votos se parecen bastante: arrancan de una base profundamente antikirchnerista. Se puede presumir que el voto que se lleva uno, es un voto menos para el otro.
Es complejo el panorama que enfrentan electoralmente el orreguismo y los libertarios en San Juan, porque sus votos se parecen bastante: arrancan de una base profundamente antikirchnerista. Se puede presumir que el voto que se lleva uno, es un voto menos para el otro.
Esta superposición de público objetivo es la que entusiasma al peronismo -hundido en una crisis fenomenal- porque en la división de los oficialismo habría una ventana para colarse.
Por supuesto, estas elucubraciones están atadas a un escenario muy volátil, fuertemente atado a las variables económicas. Hasta octubre falta una eternidad. O apenas un instante.
PELADO STREAM
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