El pacto sanjuanino que planchó la campaña

09:27h

‘Orrego sin hacer alharaca prefirió usar el bisturí, no la motosierra’, dijo el ministro de Producción, Gustavo Fernández, este miércoles en Pelado Stream.

Todo fue mesurado en los casi dos primeros años de gestión orreguista. Pero no fue solo un rasgo del oficialismo, sino también de la oposición. Y fue la marca definitiva de la campaña que termina este jueves.

Fue una campaña lavada, con gusto a poco. Con más coreografías para Tiktok que con debate político de fondo. No hubo cruces. Todos los dardos se apuntaron a Nación y a defender los intereses de San Juan. Gusto a poco.

Queda la sensación de que el arco político, fundamentalmente los sectores dominantes, se privaron de cometer errores no forzados. Todo choque entre el oficialismo y la oposición local hubiera generado una espiralización. La riña hace tiempo que cotiza en baja en esta provincia.

Después del traumático juicio político que le costó la gobernación a Alfredo Avelín en 2002, casi un año después de la caída de Fernando De la Rúa, hubo una suerte de pacto político en San Juan. Un pacto no escrito que parece haber resistido a lo largo de las siguientes décadas e incluso sobrevivió el cambio de mando entre el PJ y Producción y Trabajo en 2023.

Así como José Luis Gioja gobernó con una oposición razonable, encarnada en Roberto Basualdo, y Sergio Uñac hizo lo propio con Marcelo Orrego, hoy el peronismo sanjuanino parece recíproco con aquella conducta de moderación que antepuso la gobernabilidad.

San Juan venía de épocas mucho más combativas en materia política, con estallidos periódicos y una sucesión de juicios políticos que marcaron los años ’90 y los principios de este siglo. La moraleja para los que tienen la responsabilidad de conducir fue una sola. Así no se podía seguir.

Gioja nunca ocultó su diálogo permanente con Basualdo. Como tampoco lo hizo Uñac, que incluso promovió el Acuerdo San Juan para tener una foto generosa, donde hubiese lugar para todas las expresiones de la política sanjuanina.

Mientras tanto, a nivel nacional se dibujaba una trayectoria absolutamente opuesta, se exacerbaban las diferencias, se sacaba jugo a la grieta y la polarización. Echarle la culpa al kirchnerismo sería la salida fácil. Hubo también una oposición contenta con los términos de esta relación.

En ese péndulo del todo o nada se hicieron fuertes desde Mauricio Macri hasta Patricia Bullrich. El que intentó ofrecer una posición más tenue, se diluyó en la intrascendencia. Sobran los nombres, pero el ejemplo más fresco tal vez sea Horacio Rodríguez Larreta.

En ese culto de los extremos, ganó en 2023 el más extremo de todos: Javier Milei con su motosierra, dispuesto a cortar indiscriminadamente sin discernir entre gasto político, jubilaciones, universidades, discapacidad o pediatría. Todavía un importante sector acompaña esta política de recorte grosero aunque le toque pagar la peor parte. Todo sea por construir un futuro mejor.

El problema es que detrás de la promesa -dudosa- de un futuro mejor, hay un presente asfixiante en el que no todos pierden. Los que están insertos en la timba financiera siguen cosechando beneficios récord, con esfuerzo cero. El capital se reproduce en más capital sin acercarse siquiera al mundo del trabajo.

Si está bien o está mal, cada uno sabrá. Pero las cosas son como son.

Se cuidó muchísimo el ministro Fernández de chocar con la política económica de Milei, porque es mandato de Orrego no abrir ningún frente de confrontación. Pero igualmente dijo que Nación dejó escapar la tasa de interés y eso fue nocivo para la economía real. En otras palabras, fue lo mismo que dijo el peronista Cristian Andino un par de días antes en este mismo canal de streaming.

Pero nadie hizo mucha alharaca. Porque puede ser que los sectores más ideologizados sigan demandando posiciones más firmes. Pero el independiente, ese votante que hará la diferencia el próximo domingo, solo quiere vivir mejor. En ese combo entra la moderación. Y no hacer tanta alharaca.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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