
12 Sep 13:18h
La especialista en normas de calidad, Celeste Williner, abordó en Pelado Stream la importancia del contrato psicológico, una relación tácita y no escrita que existe entre los empleados y las organizaciones. Según Williner, este pacto informal se basa en expectativas, promesas y obligaciones mutuas que, si se desequilibran, pueden provocar desmotivación, conflictos y alta rotación de personal.
Un equilibrio dinámico
El contrato psicológico es la suma de expectativas que ambas partes (empleado y empleador) tienen, y la salud del sujeto y la eficacia de la organización dependen de que este sea justo y equilibrado. Williner remarcó que, si una de las partes siente que sus expectativas no se cumplen, se generan tensiones y estrés.
La clave para evitarlo radica en la comunicación constante y la negociación continua de estas expectativas.
La especialista también relacionó este concepto con la gestión de competencias, un proceso estratégico que va más allá de las habilidades técnicas, incluyendo actitudes y comportamientos. Al evaluar las competencias de manera periódica, las empresas pueden asegurarse de que sus empleados se adapten a los cambios y contribuyan a los objetivos de la organización.
Desarrollo de talentos y un llamado a la acción
Williner destacó que esta conexión entre el contrato psicológico y las competencias lleva al desarrollo de talentos dentro de las organizaciones. Implementar programas de planes de sucesión, mentoring y otros recursos es fundamental para garantizar el éxito a largo plazo.
Finalmente, la especialista dejó una reflexión: «Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino una fortaleza, y aplica también en las relaciones laborales».
PELADO STREAM
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