
04 Jun 20:48h
De acuerdo a los datos oficiales del Registro Único de Adopción (RUA) en San Juan, la inmensa mayoría de las familias dispuestas a adoptar quieren un niño o niña de hasta cinco años de edad. A partir de la segunda infancia las solicitudes caen abruptamente. Mucho más cuando se trata de adolescentes.
Aún así, San Juan tiene al menos una familia dispuesta a adoptar a un adolescente de hasta 17 años, a punto de cumplir la mayoría de edad. Y eso es todo un dato, en un país donde este tipo de voluntades resulta muy infrecuente, según dijeron este miércoles en Pelado Stream la directora del RUA, Teresita Rodríguez, y la Licenciada en Trabajo Social Laura Ciancio.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico de barras, la mayor parte de los 127 legajos se concentra en la denominada primera infancia. Es decir, en los niños y niñas que aún no fueron escolarizados. Según las especialistas, esto obedece a un preconcepto: son los chicos que vienen sin historia -conflictiva- previa.

Como toda postulación conlleva un proceso de evaluación, a lo largo de ese camino muchas familias entienden que pueden animarse a adoptar a un niño o niña de mayor edad y que el ensamble puede ser exitoso.
La estadística local también revela que prácticamente la mitad de las familias inscriptas están dispuestas a adoptar a más de un niño o niña, con tal de mantener juntos a los hermanitos que quedaron en situación de adoptabilidad.

Donde cae abruptamente la estadística es cuando se considera a las familias que se declaran dispuestas a adoptar a niños o niñas con discapacidad. Solo una cuarta parte del total de aspirantes admitiría un chico con esa condición. Según Rodríguez y Ciancio, esta actitud suele cambiar cuando, de alguna manera, las familias toman conocimiento de los casos particulares. A menudo, ese contacto derriba los prejuicios.

Las profesionales explicaron que prácticamente cualquier persona puede adoptar, siempre y cuando tenga al menos 25 años de edad. Puede ser un matrimonio, una pareja de hecho, tanto hetero como homosexual, o incluso una persona sola. La situación económica no es condición excluyente, siempre y cuando se pueda acreditar algún ingreso y, fundamentalmente, un hogar con suficiente espacio para albergar al niño, niña o adolescente.
Para ponerse en contacto con el RUA y obtener mayor información, basta con escanear el siguiente código QR oficial.

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