08 Abr 08:54h
El 1 de abril en su mensaje anual ante la Legislatura, Marcelo Orrego dijo que el boleto educativo gratuito fue una de sus promesas de campaña de 2019, cuando fue candidato a gobernador por primera vez y le tocó perder frente a Sergio Uñac. Casi una semana después, este lunes 7 de abril, volvió a la carga con otro compromiso asumido en aquella carrera de hace seis años.
Fue durante la inauguración de una serie de servicios de última generación en el Hospital San Roque, de Jáchal, que incluyeron la Maternidad, la Unidad de Oncología para Adultos y la transformación digital del Servicio de Diagnóstico por Imágenes.
La mención recurrente del 2019 tiene marco electoral no solo en el pasado sino también en el presente. Orrego ya entró en modo campaña, aunque no tenga candidatos aún. Es consciente de que tendrá que jugar su gestión por primera vez desde que le tocó asumir el 10 de diciembre de 2023. ¿Qué mejor que refrescar la memoria de los votantes?
Orrego es consciente de que tendrá que jugar su gestión por primera vez desde que le tocó asumir el 10 de diciembre de 2023. ¿Qué mejor que refrescar la memoria de los votantes?
Claramente el gobernador salió, en primera persona, a poner en valor la palabra empeñada. Luego tendrá que encontrar los nombres que mejor interpreten ese contrato con el electorado, para conformar la lista de diputados y diputadas nacionales.
Hay tiempo todavía. Recién el 17 de agosto cerrarán listas según el calendario electoral, para ir a los comicios de octubre. La carencia de primarias no es un problema para Orrego, como sí lo es para el PJ.
El liderazgo del gobernador dentro de su propia escuadra goza de buena salud. Su desafío no es hacia adentro sino hacia afuera. Bastará su dedo índice para señalar a los elegidos. El resto, acatará sin chistar.
No es la suerte que hoy le toca al justicialismo (a nivel provincial ni a nivel nacional)
Si las promesas del 2019 empezaron a materializarse, hay razones para renovar la confianza. Ese sería el mensaje implícito.
Orrego sigue siendo el dirigente sanjuanino con mejor imagen, a pesar de que ya terminó el periodo de gracia y empezaron a crujir algunos estamentos de la administración. Sin ir más lejos, se sigue prolongando la conciliación obligatoria con los sindicatos docentes para frenar el paro.
Pero Orrego sigue siendo muy competitivo, como ningún otro referente de su espacio. Por lo tanto, independientemente de los nombres que decanten para la lista y en un sentido metafórico, el candidato será el gobernador. Su proyecto.
A eso responde el énfasis puesto en refrescar la memoria del electorado: si las promesas del 2019 empezaron a materializarse, hay razones para renovar la confianza. Ese sería el mensaje implícito.
‘Ya en 2019, cuando fui candidato a gobernador, me contaban estas necesidades, y en 2023, cuando la gente me dio su confianza, sentí el compromiso de convertir las ideas en acción’, dijo Orrego en Jáchal.
Este lunes en Jáchal Orrego fue explícito al respecto. Según comunicó luego el sitio de información pública Sisanjuan, el gobernador dijo que recorre la provincia ‘desde hace mucho tiempo’ y que lo que siempre hizo fue escuchar.
‘No soy el político que más sabe, pero sí creo que soy de los que más aprendió, porque sé escuchar. Ya en 2019, cuando fui candidato a gobernador, me contaban estas necesidades, y en 2023, cuando la gente me dio su confianza, sentí el compromiso de convertir las ideas en acción’, sostuvo.
Esta dinámica involucra revalorizar la palabra empeñada cuando sigue retumbando el mensaje nacional que alimenta el descrédito de la política. Sucede bajo el estigma de: ‘son todos casta’.
En Jáchal Orrego no ganó el 2 de julio de 2023. Perdió frente a la sumatoria de José Luis Gioja y Rubén Uñac. Este lunes les dio un argumento de peso a los jachalleros para reconsiderar su posición, al inaugurar la maternidad, oncología y diagnóstico por imágenes en el centro de salud más importante de toda la zona norte.
¿Acaso la gente vota obras? No funciona de manera tan lineal. Tal vez por eso Orrego le puso contenido político a la inauguración y la vinculó -implícitamente- al anuncio del boleto educativo gratuito. Ambas cuestiones fueron, en el fondo, el cumplimiento de promesas de campaña.
A diferencia de 2019 e incluso de 2023, esta vez Orrego tendrá una herramienta poderosa en sus manos: una gestión de gran escala para exhibir, mucho más pregnante que el municipalismo que lo alumbró.
Esa herramienta, el gobierno, le perteneció al justicialismo durante los últimos 20 años. Esta vez le toca a Orrego. Será su verdadera primera vez.
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