13 Ago 09:25h
A nadie debería sorprenderle que los primeros afiches de campaña del Frente por San Juan hayan apelado directamente a Marcelo Orrego. Sea cual fuere su elegido para encabezar la lista de diputados nacionales, el gobernador será el tractor principal de votos para los comicios del 26 de octubre.
Y no será una originalidad, en absoluto.
La receta es conocida. Basta con echar un vistazo a los últimos 20 años para recordar aquel slogan de campaña de 2005 que decía: ‘César es Gioja’. Fue cuando el hermano mayor del entonces gobernador competía por una banca en el Senado.
O un poco más tarde, en 2013, cuando el jingle cantaba: ‘votarlo a Tomas es votarlo a Gioja’. El factor común siempre fue que se trataba de campañas de medio mandato, en tono plebiscitario.
¿Se vota legisladores nacionales? Sí, en lo formal. También se premia o se castiga al Poder Ejecutivo de turno. Ocurre a nivel nacional y a nivel provincial también.
En ese razonamiento tan elemental radica la desesperación de Javier Milei por lograr un resultado arrasador en todo el país. No solo será un espaldarazo traducido en legisladores libertarios para acompañar sus proyectos en el Congreso. Será mucho más que eso. Será un veredicto popular en favor de rumbo fijado y en contra de ‘la casta’.
Si el resultado no lo favoreciera, el mensaje será inequívoco: vas mal.
En San Juan, Orrego también está necesitado de un acompañamiento consistente. No será fácil, en absoluto.
Su primera decisión fue competir con autonomía y con sello provincial, separado de La Libertad Avanza. Otros colegas suyos, ex integrantes de Juntos por el Cambio, como Alfredo Cornejo o Rogelio Frigerio, optaron por una alianza con los violetas. Pero pagaron el costo de la subordinación.
Orrego entendió, claramente, que puede jugar y ganar con lo que tiene. ¿Y qué tiene? Una alta imagen positiva, del orden del 60 por ciento, según dijo esta semana nuevamente el consultor Antonio De Tommaso en el programa Café de la Política, de Huarpe TV.
No es un número nuevo. Tanto De Tommaso como Maximiliano Aguiar coinciden en la medición. Desde que asumió, Orrego siempre se mantuvo por encima del 50 por ciento de aprobación y hoy transita por un buen romance con el electorado.
Esto no significa que no haya puntos flojos en la gestión. Los hay y también aparece la disconformidad en los sondeos. Pero en términos generales, hay viento de cola y Orrego puede aprovecharlo.
Entonces es altamente justificable que los primeros afiches de campaña, tras la presentación del Frente por San Juan, hayan apelado a la imagen de Orrego.
El gobernador con un casco de obrero, abrazado a un laburante y la consigna impresa: ‘Por el trabajo digno’.
O el gobernador, también rodeado por sanjuaninos adultos y niños, con la consigna: ‘Por nuestras familias’.
A posteriori, dos afiches en blanco, sin foto pero con arengas provincialistas más que provinciales: ‘Por San Juan con voz propia’ y ‘Por San Juan con orgullo’.
Orrego dio algunos indicios esta semana, en pleno tiempo de descuento para el cierre de listas que vencerá el próximo 17 de agosto, en apenas cuatro días. El domingo pasado fue al multitudinario festejo del Día del Niño en Santa Lucía, donde se mostró codo a codo con su hermano Juan José Orrego. Quedó la foto.
Pero luego tuvo una seguidilla de apariciones públicas con otro de los pesos pesados de Producción y Trabajo, el vicegobernador Fabián Martín. En la entrega de 260 departamentos del Barrio Los Molinos, en Capital, el vice tuvo un espacio destacado. Y hasta pudo decir algunas palabras. Casi, casi, en clave electoral.
Lleve o no el apellido Orrego, el candidato del oficialismo provincial siempre tendrá la marca del gobernador. El desafío será trasladar su caudal a un tercero. A esta altura, no parece que esté dispuesto a correr riesgos innecesarios.
No es una predicción, sino una proyección con los datos disponibles hasta ahora: jugará con lo mejor que tenga. Y en esa categoría solo hay dos: los mencionados en esta columna.
PELADO STREAM
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