Orrego no es Milei, ¿pero a quién le importa?

09:29h

Advertencia: la siguiente opinión será impopular ante la militancia peronista. Y dice así: Orrego no es Milei. Dicho lo cual, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿A quién le importa?

Hace tiempo que el peronismo más convencido ideológicamente viene militando en redes sociales ese latiguillo. Por convicción, sí. Pero también por pragmatismo. Cuando la imagen del presidente está en caída libre -aunque les cueste reconocerlo a los libertarios- pegar al gobernador con el presidente por supuesto que será redituable para los candidatos del peronismo.

El razonamiento es muy simple: ¿Quién se quedará con los votos desencantados que optaron por la fórmula Milei-Villarruel hace apenas dos años?

El 19 de noviembre de 2023 a nivel nacional Milei se impuso sobre Sergio Massa a razón de 54 puntos para el primero y el resto para el candidato de Unión por la Patria. En San Juan esa diferencia fue mayor. La ola violeta aquí alcanzó 60 puntos.

Es lógico que cuando Milei cayó en desgracia el domingo 7 de septiembre en provincia de Buenos Aires aquí haya crecido el optimismo justicialista. La mayor expectativa opositora consiste en que el voto vuelva como un péndulo. Que el sanjuanino desencantado de la motosierra se reconcilie con el peronismo y lo pasado, pisado.

Por eso, que Orrego haya tomado distancia de Milei es un obstáculo para el peronismo porque el péndulo puede encontrar un punto intermedio y quedarse con el gobernador. Entonces es absolutamente lógico que la militancia peronista más convencida ideológicamente repita y martille el slogan ‘Orrego es Milei’. Si fuera de tal manera, entonces la única alternativa al modelo nacional es la del peronismo en San Juan. Es decir, la lista encabezada por Cristian Andino.

Pero estos son razonamientos para el círculo más pequeño y cerrado, ese que está absolutamente consustanciado con el debate político. Solo ese segmento es el que puede llevarle el conteo de los votos a las diputadas de Orrego, Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno, a favor de la Ley Bases o de cuántas otras normas que necesitaba la Casa Rosada.

Para el resto de los mortales ese poroteo es poco menos que una extravagancia. Es, ante todo, una cuestión secundaria. Ojo, puede no serlo. Seguramente en el análisis y el debate político el oficialismo provincial esté viendo la manera de desembarazarse de ese coqueteo que supo tener durante el primer año y medio de gestión compartida con los hermanos Milei. Pero para el sanjuanino de a pie, ese que se levanta a trabajar todos los días y que lo único que quiere es vivir un poquito mejor, las votaciones en el Congreso son una abstracción.

Esto es así hasta que algún debate adquiere cierta materialidad. Por ejemplo, respecto de las jubilaciones, o las pensiones por discapacidad, o el financiamiento del Garrahan, o el presupuesto de las universidades públicas.

En todos estos casos las diputadas de Orrego, por instrucción del gobernador, jugaron en defensa de estos sectores sociales. Esa disidencia circunstancial con La Libertad Avanza les terminó costando el acuerdo electoral.

A la luz de los resultados, el orreguismo está respirando aliviado por no haber quedado entrampado en una alianza que hoy tiende a caer en las encuestas. Esa distancia -oportuna u oportunista- del orreguismo respecto del mileísmo es la que factura con despecho del peronismo. ¿Cómo es esto de que Orrego con su candidato Fabián Martín pueden quedarse con algún voto que se le vaya cayendo a Milei por el camino? ¡Ese es el voto que debería volver al PJ! Bueno, la política rara vez funciona tan linealmente.

El interés del elector común, alejado de la letra fina de la política, de la rosca en el Congreso y las tensiones entre los distintos espacios, es muy difícil de captar. Tanto es así, que hasta los candidatos del peronismo están buscando maneras creativas de apelar a ese electorado disperso e independiente.

Lo hizo el chimbero Fabián Gramajo, payaneando naranjas en Tiktok y lo hizo este fin de semana Cristian Andino mostrando que puede levantar 110 kg en banco plano en el gimnasio.

Frivolidades, ante la mirada de los compañeros y compañeras que quisieran escucharlos hablar del lawfare y de la proscripción a Cristina o la deuda espuria con el Fondo Monetario Internacional.

Una frivolidad, sí. Pero en campaña todo vale. Sobre todo cuando se trata de conquistar a los que se encuentran muy alejados de este debate algo sofisticado y alejado de la cotidianidad de pagar boletas o mandar los chicos al colegio.

Claramente Orrego no es Milei. ¡¿Pero a quién le importa?!

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
Sin comentarios

Comentar