
23 Jul 20:29h
En Pocito, durante la inauguración de pavimentos en el Barrio Luz y Fuerza, este martes por la tarde. En ese lugar, en ese momento, Marcelo Orrego empezó a hablar en tono electoral. Por primera vez pidió apoyo para las elecciones de octubre. Lo hizo a título personal, como líder de un proyecto político, todavía sin nombres para proponer.
‘Les pido a todos los sanjuaninos que nos acompañen’, dijo sin vueltas el gobernador, en ese territorio simbólico y muy caro para el peronismo uñaquista. Si puede hacer pie en Pocito, Orrego puede hacerlo en cualquier otro lado con menor dificultad. Quien puede lo más, puede lo menos.
Pero todavía no tiene nombres para proponer a la ciudadanía. O, mejor dicho, los tiene, pero aún no es tiempo de tomar decisiones. Por el contrario, la clave para Orrego será administrar los tiempos. Observar lo que sucede en la vereda de enfrente y recién entonces mover sus fichas.
En este clima preelectoral, faltando apenas 15 días para la inscripción de alianzas y 25 días para el cierre de listas, las especulaciones van in crescendo.
Este martes por la tarde, mientras Orrego empezaba a pedir el voto en Pocito, una escena complementaria sucedía en un coqueto evento empresario. El factor común era la intriga por los nombres del gobernador.
Una destacada figura vinculada al ámbito bancario lanzó la pregunta en una charla informal con periodistas, todavía incrédula de que no fuera a prosperar el acuerdo entre Orrego y los libertarios. ¿Quién será el candidato del oficialismo provincial?
La respuesta solo pude ser conjetural. El único que tiene la lapicera es Orrego. El resto solo hará apuestas, más o menos fundadas.
Tal vez lo mejor no sea la timba, sino hacer las preguntas indicadas para orientar el análisis. Esa es la pregunta propuesta en el título de esta columna de opinión: ¿Orrego necesita una bazuka o le alcanza con menos?
Dependerá, lógicamente, de lo que tenga enfrente. El peronismo se perfila sin sorpresas, con una lista que combinaría a Cristian Andino con el mismísimo Fabián Gramajo. Esa dupla es la más competitiva que puede ofrecer el PJ.
El rendimiento de los peronistas estará atado a una variable que no manejan: el humor social contra Javier Milei. Mientras peor le vaya al presidente, mejor debería irle a la oposición. Y viceversa.
Los libertarios de José Peluc irán montados en la popularidad del León. Solo tienen una figura relativamente conocida: Martín Turcumán. El resto tendría que arrancar muy de abajo.
En medio de esa polarización que viene armada en paquete cerrado desde Buenos Aires, Orrego tendrá el enorme desafío de plantar la bandera sanjuanina. Es lo que empezó a hacer este miércoles.
Ya viene diciendo con insistencia que desde que asumió se las tuvo que arreglar solo, porque Nación le cerró el grifo a la provincia como nunca antes. Aún así, la obra pública y los servicios siguieron adelante. En octubre llegará el momento de poner en valor ese esfuerzo.
Pero Orrego, que lidera un partido provincial antes inserto en el extinto Juntos por el Cambio, tendrá que medirse contra las dos amenazas que tienen paraguas nacional.
Según la consultora Ethos, la figura que mayor grado de instalación tiene y por lo tanto resulta más competitiva es el vicegobernador Fabián Martín. Junto con el intendente de Santa Lucía, Juan José Orrego, cualquiera de las dos opciones sería la bazuka.
Si el gobernador optara por alguno de ellos, estaría tirando con su mayor poder de fuego. Solo valdría la pena si ese esquema le permitiera arrasar. ¿Será una elección para fantasear con meter dos diputados? ¿O habrá que conformarse otra vez con un reparto de tercios?
Solo quedan 25 días para optar. Orrego podrá atacar con todo -pagando el costo de resignar a su vice o a su hermano intendente de Santa Lucía- o competir con alguna segunda línea, tal vez un ministro o una ministra, menos conocidos, menos instalados. Total, el candidato siempre será Orrego y su gestión.
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