
24 Jun 09:11h
No terminó bien la reunión de los gobernadores con los dos emisarios de Javier Milei este lunes en la sede del CFI. En esa oficina los caciques provincianos juegan de local.
Tarde o temprano iba a pasar. La tensión por los fondos pisados por Nación iba a agotar la paciencia de los gobernadores. Sobre todo de los que vienen colaborando fuerte en el Congreso.
Es el caso de Marcelo Orrego. El sanjuanino mandó a sus dos diputadas, Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno, a votar casi todo a pedir de boca de la Casa Rosada. Pero la gratitud fue ínfima.
Orrego firmó este martes el proyecto de ley al lado de sus colegas del ex Juntos por el Cambio como Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio, pero también a la par de Axel Kicillof.
Milei los puso a todos del mismo lado cuando les ajustó el cinturón sin discriminar a nadie.
El proyecto de ley en cuestión obliga a Nación a coparticipar el 58 por ciento del impuesto a los combustibles líquidos, además de repartir los ATN que tiene pisados.
Nación les sacó prácticamente todas las partidas discrecionales a las provincias. Se terminaron los programas para encarar obras públicas.
Hasta el mantenimiento de las rutas nacionales quedó a cargo de San Juan. Era eso o dejar que la gente se mate por el abandono de los caminos. Lo mismo pasó con las viviendas, las escuelas y los hospitales. Nación cerró el grifo sin intención de retomar jamás esas políticas públicas.
Orrego se ha quejado en más de una ocasión porque le toca gobernar sin un peso por fuera de la coparticipación. Y la coparticipación sigue cayendo, debido a la brutal caída de la recaudación. Es el reflejo directo del menor consumo por la pérdida de poder adquisitivo.
Mientras el gobierno libertario celebra el crecimiento del PBI, las provincias la siguen mirando de afuera.
A todo esto se suma un dato que reveló una encuesta publicada por Pelado Stream el 9 de junio pasado. Según la consultora Ethos, entre el 45 y el 50 por ciento de los sanjuaninos considera que Orrego debería endurecer su defensa de los recursos provinciales, expresados en obra pública y subsidios tarifarios.
Fue una luz amarilla. Orrego sigue midiendo muy bien en imagen. Muy por encima de cualquier otro referente provincial del oficialismo o la oposición. Pero hay un sector creciente que empieza a pedirle más carácter en su relación con Nación.
Austeridad en el gasto político, sí. Ajuste por el ajuste mismo para siempre, no. Esa podría ser la síntesis.
No habría que interpretar que Orrego va a romper relaciones con Milei. Sin embargo, al sumarse al bloque de gobernadores puso a la Casa Rosada en situación de elaborar al menos una contrapropuesta.
Sin esa embestida coordinada, si cada mandatario provincial jugara por separado, Orrego tendría menos chances de establecer un diálogo horizontal.
Esa asimetría histórica entre Nación y provincias puso siempre a San Juan en situación desventajosa, a diferencia de otras hermanas más grandes. Al final todo se reduce a la cantidad de votos que puede aportar cada gobernador en el Congreso, para negociar con el presidente de turno.
Milei tiene todo a su favor para sumar legisladores propios en octubre. Pero aunque arrasara en las urnas aún así seguirá dependiendo de los favores de los gobernadores aliados.
No obstante al presidente no parece preocuparle demasiado la relación con las provincias. Cada vez que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tuvo algún acercamiento, ese diálogo quedó en un lindo recuerdo para la foto. Y poco más.
Para Milei las provincias todavía son un agujero negro que devora fondos públicos. Orrego, a través de sus funcionarios, ya contestó: aquí el ajuste se hizo hasta el límite.
Llegó la hora de defender los recursos que Nación le quitó a San Juan. Iba a suceder eventualmente esta inevitable tensión.
PELADO STREAM
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