Milei y Orrego, en la mitad del río

09:25h

Tanto Javier Milei como Marcelo Orrego cumplen este miércoles exactamente los primeros dos años de mandato. En apenas unas horas estarán descontando los últimos 24 meses para concluir la gestión y, más estresante aún, entrarán en cuenta regresiva para embarcarse en las respectivas reelecciones. Así de crudo. Así de real.

Este segundo año de gobierno los sometió a ambos a su primer test electoral. Milei demostró que tiene recursos para levantarse aún en su peor momento.

Es imposible negar que el presidente llegó al 26 de octubre en total aislamiento, enemistado con casi todos los gobernadores, con el Congreso en contra, con una corrida cambiaria imparable y un riesgo país galopante. Solo el rescate inédito de Estados Unidos dio vuelta la inminente derrota. Acaba de decirlo abiertamente el mismísimo Donald Trump.

No obstante sería absurdo negarle a Milei que, a pesar de sus excentricidades y sus políticas de ajuste rancio, conserva un núcleo duro de votantes dispuestos a bancarlo contra toda adversidad. No son mayoría, pero en este escenario de dispersión política y con una oposición disgregada y sin referentes claros, 40 puntos para el oficialismo son muy buenos.

Tan buenos son que Milei ya dijo en distintos foros empresarios que le hubieran alcanzado para ganar la reelección en primera vuelta, si ese hubiera sido el caso el 26 de octubre pasado. Para el 2027 falta mucho, pero no tanto. El presidente ya está en campaña y su mayor apuesta es seguir acelerando a fondo.

La duda del millón es cuánto tiempo más conservará esa licencia social que le permite seguir ajustando. Todas las profecías de caída anticipada se frustraron. Milei impone una lectura diferente a todo lo conocido.

No hay que explicar que transitará los próximos meses con una holgura y un poder que nunca antes tuvo, gracias a los números que alcanzó en ambas cámaras del Congreso Nacional. Por supuesto, esa solidez siempre será vulnerable ante cualquier error no forzado.

Una equivocación sería volver a alejar a los gobernadores dialoguistas, como Orrego. Quedó demostrado que esos votos sueltos en el Congreso son los que pueden marcar la diferencia hacia uno u otro lado.

Orrego también entró en tiempo de descuento para llegar de la mejor manera al 2027. En frente tendrá al peronismo, siempre acechante. El PJ sanjuanino, con Cristian Andino, Romina Rosas y Fabián Gramajo en la misma lista, alcanzó modestos 34 puntos. Fueron suficientes para quedarse con el primer puesto.

Al oficialismo provincial le dolió haber quedado segundo debajo del PJ, aunque fuera solo por 3 puntos. Una gobernación se gana o se pierde por un voto.

La clave en adelante será identificar si esos 34 puntos del peronismo son el piso o son el techo, de cara a 2027. Por supuesto, las conjeturas serán varias, adaptadas al paladar de cada uno.

Para el peronismo, fue sin dudas una inyección de optimismo. No están fuera de carrera. Todo puede suceder. Dependerán también, lógicamente, de alguna ayuda nacional. Es decir, que Milei se deteriore y que los popes del PJ bonaerense no terminen de implosionar el movimiento con onda expansiva hacia el resto del país.

Para Orrego, será un tiempo de ajedrez. Dentro de su espacio tiene voces contrapuestas. Están los que, como Fabián Martín, lo empujan a cerrar cuanto antes un acuerdo político con Milei porque entienden que Argentina seguirá polarizada. Si de un lado está Cristina, del otro lado estará Javier. Los que queden en el medio podrían caerse del tablero.

Acaso eso fue lo que le pasó al propio Martín este año. Todos los consultores le atribuyeron una alta aprobación al gobierno de Orrego. Sin embargo los votos fueron mezquinos.

Los 31 puntos obtenidos por el Frente X San Juan estuvieron lejos del batacazo proyectado. El desvío en 2025 funcionó como advertencia para ajustar los diagnósticos. Un error de cálculo parecido en 2027 sería la estocada final.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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