Meli Bretillot: La arquitecta del enduro

13:25h

La vida de Melina Bretillot, una deportista sanjuanina de 28 años, se construyó sobre dos pilares aparentemente dispares, pero que ella logró unir con una disciplina inquebrantable: la arquitectura y el motociclismo de alta competencia. En una entrevista franca con Celeste Williner en el programa ¡¿Quién sos?! del canal Pelado Stream, la piloto desveló los desafíos y las recompensas de llevar una vida doble, donde la elegancia y los planos conviven con el barro y los motores.

Melina Bretillot se describió como arquitecta y motociclista. Al abordar la dicotomía de su femineidad, donde por un lado se la ve «impecable» y por otro está «embarrada con tierra» por el enduro y su trabajo en la construcción, Meli explicó que su estado natural es con ropa deportiva y tierra, esforzándose en compensar eso en otras situaciones de su vida social. Esta coexistencia es, según sus palabras, «difícil de llevar, pero lo llevo bien».

La pasión por las motos la acompañó desde muy chica. Empezó a los siete años, gracias a la influencia de sus padres y su hermano, quienes también competían en enduro en San Juan, una provincia con una fuerte cultura motociclística. A lo largo de sus 28 años, Melina se propuso participar en cada evento deportivo que se le presentó.

Recordó que, por una lesión, tuvo que parar la moto, lo cual la llevó a incursionar en el triatlón, en el campeonato mundial de Triatlón off road en Maui. Fue un evento realizado en la montaña, diferente al Ironman tradicional. Para Meli, estos desafíos siempre se debieron al «amor al deporte», buscando constantemente algo que la motive fuera de su trabajo.

Respecto a los entrenamientos en moto, Melina señaló que la condición física de la mujer es diferente a la del hombre, por lo que, si se quiere competir con ellos —algo que ella hizo la mayor parte de su carrera—, es necesario entrenar «el doble». Argumentó que los hombres tienden a avanzar más rápido, son más habilidosos y tienen menos miedo.

La rutina de Melina está completamente adaptada a la moto: va al gimnasio todos los días, y cuando entrenó para el Six Day, un mundial de enduro, alternaba tres o cuatro veces por semana la bici y la moto. Toda su vida gira en torno a su deporte.

La arquitecta explicó cómo logró mantener ese nivel de exigencia mientras estudiaba una carrera universitaria demandante. Aseguró ser muy exigente y que el estudio era su prioridad, pero descubrió que cuando solo se enfocaba en estudiar «perdía el tiempo». Por ello, se daba un margen de dos o tres horas diarias para entrenar y aprovechaba los domingos para andar en moto si el sábado tenía que estudiar.

Esta disciplina la llevó a participar, e incluso a quedar segunda, en un pentatlón individual, donde completó las cinco disciplinas sola, justo después de su entrenamiento para el mundial de Triatlón en Maui.

Sobre la mentalidad de competencia, Meli confesó que los deportistas de alto rendimiento deben disfrutar un poco del sufrimiento, porque se sufre tanto en el entrenamiento como en la carrera. Su estrategia en la competencia se basa en la fijación de objetivos a corto y largo plazo, y el desarrollo de una fortaleza mental.

Recientemente, aprendió a disfrutar las carreras, dejando atrás la costumbre de «pasarla muy mal» y enfocándose en «llegar» sin importar las dificultades.

En cuanto a las carreras en pareja, Melina ha participado en varios Trasmontañas de bici y moto, y en tres de moto, de los cuales ganó dos. Bromeó diciendo que, al ser muy competitiva, busca compañeros que sean mejores que ella, tanto deportivamente como mecánicamente. El compañerismo es clave.

Recordó con emoción su primera participación en el Trasmontaña en 2013 con su madre, siendo las primeras dos mujeres en competir, a pesar de que la moto de su mamá se fundió a los 100 kilómetros y tuvieron que terminar los últimos 50 juntas.

Su carrera de 2018 con su hermano fue más complicada, pues terminaron peleándose y con Meli con un dedo quebrado, lo que motivó a su hermano a jurar «nunca más correr» con ella.

Sin embargo, en su carrera más reciente, ganó de manera «super cómoda» con otro compañero, a pesar de que apenas hacía tres meses había vuelto de Australia, había sido operada del fémur y le habían dado el alta solo un mes antes de la competencia.

Sobre su paso por Australia, que duró casi dos años, Meli contó que fue una decisión impulsiva. Trabajó en granjas 15 o 16 horas diarias, viviendo como backpacker en una casa rodante, a una hora y cuarto del pueblo, lo que le impidió practicar deporte por el agotamiento y la falta de tiempo. A pesar de las incomodidades, como la falta de agua caliente o electricidad, la experiencia le encantó porque descubrió su gran capacidad de adaptación y conoció gente de todo el mundo. Al regresar a San Juan, su primer objetivo fue reincorporarse al deporte.

El regreso fue costoso. Se fue con un «altísimo nivel deportivo» y volvió con un estado físico «lamentable» después de ganar peso y perder masa muscular. Le costó recuperar el timing en la moto y la fuerza, admitiendo que a sus 28 años el proceso es más lento que cuando tenía 17.

Aprendió a manejar la frustración, especialmente después de que una fractura inesperada durante la extracción de un clavo intramedular en el fémur extendió su recuperación a tres meses. Optó por aceptar la derrota y tomar esos momentos como oportunidades para aprender y mejorar.

En el ambiente de las motos, Melina se lleva bien con los hombres, aunque reconoció que todavía hay algunos que se enojan si una mujer los supera en la pista, siendo motivo de chistes y burlas. A pesar de que le gustaría competir en las categorías femeninas para lograr más campeonatos importantes, aseguró que prefiere seguir compitiendo con los hombres en los campeonatos provinciales, porque eso la hace avanzar más rápido.

Meli está enfocada en mejorar sus tiempos para su próximo gran objetivo: el Six Day en Portugal el año que viene, ya que terminar el Six Day que se hizo en su casa fue el mayor logro que puede tener un endurista.

Finalmente, al ser consultada sobre el amor, Meli reconoció que su estilo de vida le dificulta encontrar pareja, pues sus amigos y su vida social giran en torno a la moto. Ha tenido dos relaciones largas que terminaron por este motivo. Su gran círculo de amigos hombres, el entrenamiento diario y las salidas que implican acostarse temprano por la disciplina del deporte son factores que sus parejas, no deportistas, no lograban entender.

Ella afirmó que no está dispuesta a «resignar» su vida, su felicidad ni el deporte por una relación, y prefiere buscar una persona, preferiblemente deportista, que comparta su estilo de vida y entienda la necesidad de levantarse un domingo a las siete de la mañana para entrenar.

Melina Bretillot cerró la entrevista reafirmando sus dos objetivos: crecer laboralmente en la arquitectura y crecer lo más que pueda en el deporte, manteniendo su mentalidad de «no conformarse con nada», un mensaje que inspira a seguir adelante.

PELADO STREAM

Redacción PeladoStream
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