Martín y el desafío de imponer la moderación

14:04h

Que Marcelo Orrego haya optado por Fabián Martín para encabezar la lista de diputados nacionales significa mucho más que una simple definición electoral. Es una declaración política que define el temperamento de un gobierno amigo de las pocas palabras y del bajo perfil.

Ese bajo perfil pudo inducir a una interpretación equivocada, de poco carácter.

La negativa de subordinarse a La Libertad Avanza porque implicaba la extinción de lo provincial, finalmente derivó en la candidatura del vicegobernador. Una alta fuente del oficialismo provincial confirmó a este periodista que, en el primer escenario, de un acuerdo con los libertarios, el candidato o la candidata de Orrego hubiera sido seguramente algún integrante del gabinete.

Es decir, alguna figura de segunda línea.

Frente a la imposibilidad de arribar a un acuerdo con Karina Milei, Orrego se vio forzado a ponerse la bazuca en el hombro y tirar con el calibre más grueso que tenía a su disposición.

Como ya se dijo y escribió en esta columna, ese poder de fuego solamente estaba encarnado en el intendente de Santa Lucía, Juan José Orrego, o en el vicegobernador Fabián Martín.

El primero porque transita ya su segundo mandato como intendente y revalidó su cargo con el 60% de los votos. Y, por supuesto, un detalle no menor: es el hermano del gobernador. Comparte el apellido. No tiene que explicar su pertenencia.

Pero el fantasma del nepotismo, que en campaña hubiera ofrecido un flanco de ataque fácil, terminó inclinando la balanza por el otro peso pesado. Fabián Martín ofrecía un alto grado de conocimiento y una importante imagen pública, menor que la del gobernador, pero igualmente identificable con el mismo proyecto.

Si la encerrona electoral implica jugar por separado de La Libertad Avanza no quedaba margen para la timidez. Todo lo contrario. Y fue lo que demostró este miércoles en Pelado Stream el vice.

Martín exhibió su destreza futbolística, pero no con las piernas sino con la lengua. Tan pronto comparó al mileísmo con el kirchnerismo -por representar los dos extremos de la política- como ofreció colaboración para que al gobierno nacional le vaya ‘muy bien’.

Esa aparente contradicción refleja el lugar incómodo en que quedó el Frente por San Juan: abrir a los codazos una avenida del medio que se pueda colar entre la polarización retroalimentada por los extremos.

Para el peronismo/kirchnerismo, el rival es Milei. Para los libertarios el rival son los K. ¿Dónde entra una fuerza provincial en este esquema? La respuesta habrá que encontrarla en los próximos días en el desarrollo de la campaña.

En este contexto, pretender que el candidato o la candidata fuere alguna figura de segunda línea hubiera sido tanto como entregarse anticipadamente. Para el gobierno provincial hubiera sido equivalente a suicidarse. No está en los planes.

Orrego, de acuerdo a los sondeos de las distintas consultoras sanjuaninas, tiene un nivel de aprobación del orden del 60%. El propio Martín reconoció que no todo eso se puede convertir en votos efectivos. Puede haber electores de otros espacios que al ser consultados tengan una imagen positiva de la actual administración.

Opinar bien de la gestión de Orrego no equivale necesariamente a votar por sus candidatos. Habrá que ver cuántos de esos 60 puntos de imagen positiva se pueden traducir en el escrutinio del 26 de octubre. Sobre todo cuando enfrente estará el peronismo intentando captar cada punto de disconformidad contra La motosierra. Y en la otra punta estará el mileísmo agitando el fantasma del regreso del kirchnerismo.

Orrego pudo haberse inscrito en las filas libertarias. De hecho esa fue la invitación: que desapareciera todo vestigio de Producción y Trabajo, que la alianza se denominara La Libertad Avanza y que el color fuera el violeta.

Cumpliendo esos requisitos, Karina lo recibía de brazos abiertos. Orrego podía disponer quién sería la cabeza de lista. Tal vez la ministra Laura Palma o el ministro Carlos Platero.

Aceptar hubiera significado disolverse. Perder el margen para, de vez en cuando, marcar algún matiz como lo hizo este miércoles Nancy Picón al oponerse al veto a las leyes de emergencia en la discapacidad y mejora de las jubilaciones.

Así se dieron las circunstancias. Martín tendrá que encarnar ese desafío. Encontrar el punto exacto, equidistante entre el extremo libertario y el extremo kirchnerista.

Y encender una vela, para que los votantes elijan la moderación.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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