Manda Cristina

08:45h

El festejo de Sergio Uñac con sus compañeros de bloque tras haber volteado la Ley de Ficha Limpia fue la prueba cabal. Manda Cristina. En un peronismo totalmente fragmentado y carente de liderazgos, no hay nadie por encima de Ella.

Para hablar de política hay que dejar de lado los purismos y zambullirse de cabeza en las profundidades.

Para el PRO de Mauricio Macri, impulsor de esta ley, bloquear a CFK era imperativo. Cuando fueron gobierno apostaron a polarizar con Ella, pensando que les resultaría funcional para la victoria y el Frente de Todos los barrió en primera vuelta.

Aprendieron la moraleja. Mientras ella tenga margen, va a jugar.

Para La Libertad Avanza, es claro que a Cristina hay que habilitarla para competir. Ella les garantiza una polarización que borra al resto del tablero. Incluido a Macri.

Por eso los dos votos misioneros que se dieron vuelta sobre la hora, fueron imputados a una maniobra de Santiago Caputo, el monje negro de la Casa Rosada, miembro inequívoco del triángulo de hierro con Javier y Karina.

Tan grosera fue la operación, que Milei y Macri en simultáneo se acusaron recíproca y públicamente este jueves. Lo que es evidente no se pregunta.

Nadie es inocente en términos políticos. Cristina tampoco. Uñac tampoco.

El senador sanjuanino, escrachado en la televisión nacional por festejar la caída de una ley anticorrupción, tuvo que salir a dar explicaciones. Lo hizo a través de sus redes sociales.

Dijo que él impulsó la ficha limpia en San Juan pero que en esta ocasión no estaba dispuesto porque era judicializar la política. Esa sería la síntesis, detrás del texto. Mucho texto, dirían los pibes.

Cuando hay que explicar tanto… Igualmente las reacciones en redes fueron las esperadas. Condena total para CFK y para Sergio también.

Hay, no obstante, un rédito detrás de esta apuesta aparentemente tan contradictoria de Uñac. Aunque el ex gobernador siempre tuvo diferencias políticas con Cristina y las hizo manifiestas cuando fue intendente de Pocito e incluso cuando fue vicegobernador, aprendió bien el oficio peronista. Pragmatismo ante todo.

Como José Luis Gioja, Uñac se alineó inmediatamente con Cristina cuando ella se postuló para la presidencia del PJ que dejaba Alberto Fernández por la puerta de atrás. Cristina no tiene el acompañamiento de toda la militancia, pero su cuota personal es más grande que la de cualquier otro referente. Punto.

Por encima de Cristina el PJ no tiene a nadie. Ni siquiera Axel Kicillof, que viene haciendo intentos de independizarse y esa batalla todavía tiene final abierto.

En San Juan, el peronista que sienta alguna simpatía por Axel es porque primero tiene devoción por Cristina. La lógica se imprime en las encuestas. Ella mide unos 25 puntos. El gobernador bonaerense, ni cerca.

Para Uñac no hay mucho que pensar entonces. Su alianza con CFK goza de buena salud. Él la llevó en su boleta a la hoy senadora Celeste Giménez Navarro, exponente de La Cámpora de Máximo. No fue un gesto aislado y perdido en 2023. La senadora sigue dándole materialidad a un pacto que goza de buena salud.

Habrá tiempo para seguir ensayando explicaciones. Uñac tiene lejos todavía el horizonte de candidaturas. Tal vez haga el intento nuevamente en 2027. Mientras tanto, hoy resulta mucho más valioso afianzar lazos con el PJ que conduce Cristina. Incluso cuando haya que poner la cara frente a medidas impopulares.

Para los fieles a CFK, la Ley de Ficha Limpia siempre fue una ley de proscripción. Una trampa del lawfare. Esos votos están y estarán siempre listos para acompañarla. Y acompañar a todo aquel que haya sido fiel. Uñac hoy le está hablando a ese público.

El resto, el que se refiere a ella como ‘la kondenada’, hoy no está mirando a ningún peronista con afecto. En términos electorales, es un segmento inalcanzable para el PJ.

El voto de Uñac caía de maduro. La sobreactuación, el festejo, también. Manda Cristina.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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