31 Jul 09:00h
Fue inmediato. Apenas el vicepresidente del Frente Patria Grande en San Juan, Lucas Molina Rojo, dijo en Pelado Stream que quieren un lugar en la lista del peronismo, hubo reacción en redes sociales. Mala reacción.
No es que los muchachos y las chicas de Grabois asusten a la dirigencia peronista de San Juan con su pedido de lugar en la lista de diputados nacionales. No va por ahí el motivo de la discordia.
Sin embargo, la sola mención de la palabra candidatura mete ruido.
A esta altura de la trenza, las hebras ya tienen dueño. O dueña. Y el margen de negociación para sumar a todos los sectores es cada vez más pequeñito. Se puede reducir a una invitación para acompañar sin protagonizar.
Por supuesto, ir de aplaudidor no convence a nadie.
Pero son las reglas, tratándose de una elección tan mezquina. San Juan renovará tres bancas de diputados nacionales: dos peronistas (la de Walberto Allende y la de Fabiola Aubone) y una orreguista (la de Susana Laciar que actualmente ocupa María de los Ángeles Moreno).
Son apenas tres cargos expectantes. Todo indica que se repartirán en tercios nuevamente, como ya sucedió en 2023 cuando entraron Jorge Chica por el Partido Justicialista, José Peluc por La Libertad Avanza y Nancy Picón por Producción y Trabajo.
Por lo tanto, apenas los primeros, los cabeza de lista, podrían calzarse el traje de diputado nacional. El resto se subirá a una campaña y verá su nombre impreso en la boleta papel, pero nada más. ¿Vale la pena entonces abrirse un lugar a los codazos?
Sí, vale la pena. Como ya se escribió y ya se dijo en esta columna, la repartija de lugares no expectantes e incluso de lugares suplentes en la lista tiene un sentido político de cara a 2027.
Equivale al loteo peronista, con arreglo de aquí a dos años que, como es de imaginar, pasarán volando. Nunca mejor dicho: cocodrilo que se duerme, es cartera.
La declaración de Molina Rojo, publicada en el sitio web de Pelado Stream, causó alboroto porque si los mandamases del peronismo le conceden un lugar a la gente de Grabois, al mismo tiempo se lo estarán quitando a otro espacio. Esa ingeniería suele terminar con una ristra de enojados, esperando la ocasión para la venganza.
‘Son todos unos asustados que se cuidan entre ellos’, reflexionó por Whatsapp uno de los actores centrales del mundo Grabois en San Juan.
Los asustados serían los que lideran las encuestas, que están cuidando milimétricamente las declaraciones para marcar su oposición a Milei sin quedar demasiado pegados a los modos kirchneristas.
Ya se analizó en este espacio de opinión días atrás, bajo el título de ‘La campaña del clonazepam’.
Los muchachos y las chicas de Grabois vienen con el ímpetu del discípulo del Papa Francisco, que por estos días está desafiando abiertamente el acuerdo de unidad en Buenos Aires, poniendo en tela de juicio incluso el liderazgo mediador de Sergio Massa.
Al temperamento indómito de Grabois se sumó el planteo de Ofelia Fernández, que cuestionó la unidad por la unidad misma, y pidió un sinceramiento brutal donde cada uno pueda competir por su lado. Y que las urnas ordenen el desorden.
Mientras tanto, el peronismo eleva oraciones al Altísimo para evitar la ruptura porque en esta circunstancia, podría costarles quedarse afuera. Lisa y llanamente: afuera.
Por esa razón Sergio Uñac y José Luis Gioja acordaron. No porque se hayan reconciliado, sino por estricto pragmatismo. Era la unidad o la derrota garantizada.
Juntos tampoco tienen la garantía de nada, incluso cuando sus precandidatos puedan medir dignamente en las encuestas (Cristian Andino y/o Fabián Gramajo). Pero el quiebre representaría la dispersión. Y el festejo libertario y orreguista del otro lado.
Entonces, que los seguidores de Grabois pidan pista implica un dolor de muelas. Ya están negociando el regreso del massismo de Franco Aranda. No será gratis, a él también tendrán que ofrecerle aunque sea un lugar testimonial.
Y son tan pocos los casilleros disponibles… tan poquitos.
PELADO STREAM
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