Las mentiras detrás del ajuste a la discapacidad

09:16h

Hay dos maneras de referirse a las personas con discapacidad. La primera y más de moda últimamente, como un número. La segunda, la mejor pero corrida a un segundo plano, como seres humanos.

A los números, entonces. El gobierno nacional justificó el recorte de pensiones no contributivas por invalidez con el argumento de que hubo en los últimos años un festival de otorgamientos, a costa de la gente de bien que está bancando a los militantes y punteros que fingen alguna discapacidad para vivir de arriba.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el promedio mundial de personas con discapacidad ronda el 16 por ciento. Es decir, una de cada seis personas en este planeta tiene un grado de discapacidad importante. La estimación también pronostica que el número irá en aumento, por las enfermedades no transmisibles y el envejecimiento de la población.

Según la Defensora del Pueblo en San Juan, Florencia Peñaloza, en la provincia hay alrededor de 36.000 pensiones por discapacidad. Es decir, el 4,5 por ciento de la población.

Va de nuevo, por si no se entendió: En San Juan menos del 5 por ciento de la población tiene pensión por discapacidad, mientras la OMS indica que el promedio esperable es del 16 por ciento de acuerdo a los parámetros globales.

¿Hay beneficios otorgados de manera irregular? Posiblemente. ¿Hay que auditar? Seguramente. ¿Hay beneficios de más? Rotundamente no. Hay beneficios de menos. El Estado está en deuda en materia de cobertura.

Aún así, de las 36.000 pensiones por invalidez en San Juan, el Estado Nacional dio de baja a unas 10.000. Prácticamente, un tercio ¡afuera!

En cada uno de esos 10.000 casos, no solo se perdió el beneficio de 290.000 pesos mensuales, sino también la cobertura del programa Incluir Salud. No solo se perdió el ingreso alimentario, sino también la cobertura de medicamentos y tratamientos.

La Defensoría del Pueblo inició una acción colectiva que el viernes a última hora tuvo fallo favorable. La Justicia Federal de Catamarca, que tomó también la presentación sanjuanina, ordenó a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS, la de Diego Spagnuolo), que restituya de inmediato los beneficios caídos y salde los montos adeudados hacia atrás.

¿Cumplirá el gobierno nacional o resistirá la medida? La duda es legítima, teniendo en cuenta que todavía no aplicó la Ley de Emergencia en Discapacidad pese a la insistencia del Congreso con el voto de los dos tercios de las cámaras de diputados y de senadores.

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que llegará a San Juan este martes, dijo recientemente en una entrevista televisiva que enviaron cartas notariales a los beneficiarios de pensiones y que casi la mitad no contestó. Entonces, el criterio fue simple: si no contestan es porque no viven donde dicen vivir, su discapacidad es fingida y corresponde retirarles el beneficio.

La realidad es bastante diferente. Se trata de una población especialmente vulnerable. En muchos casos, se enteraron del reempadronamiento cuando les sacaron la pensión y la cobertura de Incluir Salud.

El problema de fondo no parece vinculado a la búsqueda de transparencia del sistema, sino a hacer un ahorro en momentos en que el Estado está desesperado por juntar reservas para cumplir con las metas del Fondo Monetario Internacional y, fundamentalmente, pagar el vencimiento de los bonistas en enero de 2026.

Argentina anunció su retiro de la OMS en febrero de este año. Por lo tanto, que la OMS diga que el 16 por ciento de la población tiene algún grado severo de discapacidad no importa.

Es ahí cuando hay que dejar los números a un costado y ponerle rostro a los seres humanos. Como Fernando Ramos, el joven estudiante de Artes Visuales de la Universidad Nacional de San Juan cuya historia se viralizó este año, debido a una serie de dificultades. Todavía está ofreciendo números de rifa para reunir fondos, porque con la pensión no le alcanza para enfrentar su tratamiento.

Fernando no perdió el beneficio, pero vive con miedo. Sabe que es cuestión de tiempo y que en cualquier momento le puede tocar, aunque conviva con una esclerosis múltiple que lo limita, pero no lo invalida para soñar. Ni para vivir.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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