
02 Jun 14:49h
Aunque el gobierno de Marcelo Orrego defiende a coro el modelo económico de ajuste de Javier Milei, las políticas de Nación hasta ahora golpearon muy duro a San Juan. El repunte no se avizora y las cuentas públicas empiezan a sentirlo.
La justificación sigue siendo la de siempre y con letra de tango: primero hay que saber sufrir. ¿Qué significa esto? Que para sincerar la economía alguien tenía que hacer el ‘trabajo sucio’. Que ganara quien ganara iba a tener que pasar la motosierra porque el déficit fiscal era insostenible.
El punto es que la recuperación se demora y la caída de la recaudación no se detiene. El efecto inmediato es que San Juan -como el resto de las provincias argentinas- recibe cada vez menos coparticipación. Y las partidas extraordinarias son apenas un recuerdo.

El diario Clarín le dedicó la tapa al padecimiento de las provincia este domingo. Pocos se habrán enterado, porque la primera plana del matutino porteño ya no es lo que era.
En otros tiempos se decía que ningún gobierno aguantaba diez tapas de Clarín. En tiempos de digitalidad, ese poder se licuó. A Milei le basta con el manejo eficiente de redes sociales para ‘domar’ a los ‘mandriles’. Al menos por ahora.
Según Clarín, en mayo los giros por coparticipación cayeron el 23 por ciento en promedio. El problema principal es que el consumo no despierta. Y sin ventas no hay recaudación de IVA y Ganancias, que son los principales aportantes a la canasta coparticipable que llega a las provincias.
Por otra parte, el consumo planchado también les pega a las recaudaciones provinciales, porque se cobra menos Impuesto a los Ingresos Brutos. Valga la reiteración: nada de esto cambiará hasta que mejore el mercado interno.
A eso obedece la desesperación del ministro de Economía de Nación, Luis ‘Toto’ Caputo, quien fabricó este nuevo blanqueo de ahorros no declarados, con el fin de ‘remonetizar’ la economía. Es decir, que haya un poco más de circulante sin necesidad de imprimir billetes.
El problema es que nada es tan sencillo ni automático. Aunque el gobierno libertario tenga la voluntad de facilitar el consumo con los dólares guardados en el colchón sin preguntarle al ahorrista de dónde sacó la plata y por qué no tributó cuando debió hacerlo, cualquier gobierno provincial podría investigar y cobrar todo hacia atrás.
Entonces el ahorrista quedaría a tiro de una demanda por un delito penal tributario. Los contadores están haciendo la advertencia por lo bajo.
Por eso Nación necesita el acuerdo de los gobernadores para motorizar una Ley del Congreso que funcione como una amnistía para todos estos ahorros de origen dudoso y nacidos en la evasión fiscal. Y que las provincias adhieran a través de sus Legislaturas.
Orrego ya dio el visto bueno, con criterio pragmático. Si aparece la plata, esa plata se pondrá en circulación y debería despertar el consumo. Para San Juan sería una bocanada de oxígeno. O al menos así debería funcionar.
Mientras tanto, mayo cerró en rojo. Un 23 por ciento menos de coparticipación en comparación con un año atrás implica una pérdida de casi un cuarto de los recursos. Es un cálculo obvio, pero hay que decirlo así para tomar conciencia de la magnitud de la dificultad.
No es un dato aislado. Aunque el gobierno de Orrego hizo varios ajustes, al mismo tiempo tuvo que afrontar una cantidad de gastos que Nación se sacó de encima. Por ejemplo, subsidios al transporte público de pasajeros, incentivo docente y contención tarifaria, más obras viales hasta en rutas nacionales y construcción de viviendas. Todo quedó en manos de la provincia y solo de la provincia.
Entonces, mientras los recursos coparticipables se achicaron un 23 por ciento y las partidas discrecionales se eliminaron, los gastos imprescindibles crecieron. El gobierno provincial entendía que lo peor iba a suceder en el primer año de gestión. Pero, un semestre más tarde, las vacas siguen flacas.
PELADO STREAM
Sin comentarios