La deuda política de la Legislatura

09:02h

Cierra el 2025 y la Cámara de Diputados cierra el año con una deuda política importante: el Código Electoral. Al día de hoy, Marcelo Orrego podría ir a la reelección con las mismas reglas por las cuales ganó la gobernación en el año 2023. Ley de Lemas incluida.

Una fuente legislativa reconoció que la intención era poder avanzar este año antes de que se avecinara el tiempo electoral. Pero no dieron los tiempos y ahora quedó todo para el 2026.

Según la misma fuente legislativa, si no logran sancionar el nuevo código hasta el primer semestre del año que viene, más adelante será muy difícil reunir los votos dentro del recinto.

Es un tema absolutamente incómodo. Incómodo para el oficialismo e incómodo para la oposición. El punto más crítico es resolver las candidaturas sin Ley de Lemas y sin Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

El proyecto que impulsa Orrego implica que las candidaturas se presenten de una. Es decir, que cada partido político y por lo tanto cada frente electoral las resuelva a través de internas partidarias.

El problema surge cuando hay un dedo muy pesado como, en este caso, el dedo de un gobernador. El resto de los integrantes de ese frente electoral siempre quedarán en desventaja.

Le pasó al peronismo y le pasa hoy al frente X San Juan. Cuando uno maneja la lapicera, el resto tiene que allanarse sin chistar. La ley de lemas y las PASO permitían descomprimir las tensiones a través de la amplia participación. Sin ninguna de esas herramientas, la política se convierte en una olla a presión.

La preocupación de los socios de Orrego es que no haya posibilidades de presentar más de una lista para competir en los municipios, fundamentalmente. Es un tema que no está resuelto y, como tantos otros debates, implica abrir la caja de Pandora.

Hay una cantidad de opciones diferentes. Una de ellas es conservar la Ley de Lemas, pero sin el esquema de sumatoria de las distintas listas. La otra es volver a un sistema de Primarias Abiertas y Simultáneas, pero no obligatorias.

En este último caso, nuevamente, habría dos instancias electorales. Y hoy la moda es votar poco. Sobre todo, después de la traumática experiencia de 2023 cuando los sanjuaninos y las sanjuaninas tuvieron que asistir ¡cinco veces a las urnas!

Hay otra cuestión no menor, que también es herencia del uñaquismo y es haberle quitado todo límite temporal a las reformas electorales, a punto tal que se podría cambiar el régimen sobre la fecha de las urnas. Esa incertidumbre heredada todavía está vigente.

Cabe preguntarse si habrá suficiente consenso político para volver a ponerle un tope a las modificaciones para que toda la institucionalidad tenga un mínimo margen de previsibilidad.

El otro aspecto prácticamente cantado es la evolución hacia la boleta única papel. Después de la experiencia de este 2025, quedan pocos argumentos para seguir defendiendo la boleta clásica por frente electoral como San Juan votó desde el regreso de la democracia a esta parte.

Sin embargo, no es menor el debate sobre la presentación final de una boleta que debe llevar impresos a todos los candidatos a gobernador con sus respectivos candidatos a diputados proporcionales, diputados departamentales, intendentes y concejales, todos y cada uno de ellos, de todos los partidos políticos, impresos en la misma hoja de papel.

Habrá que omitir varios nombres o habrá que imprimir una hoja gigantesca y convertir el acto electoral en una nueva complicación para los ciudadanos.

Todo este debate puede parecer secundario cuando la inmensa mayoría de las familias tiene la preocupación de llegar a fin de año con un pan dulce en la mesa, con las boletas pagas y sacando cuentas para encarar el 2026.

Entonces, hablar de Código Electoral parece un despropósito o una cuestión de estricta incumbencia de ‘la casta’.

Sin embargo, sin un sistema electoral claro es imposible pensar en una institucionalidad que respalde a las próximas autoridades electas. Esto también es seguridad jurídica.

Y sí, falta un montón para el 2027. Sin embargo, para llegar al 2027 antes habrá que definir el Código Electoral. Aunque parezca prematuro, no lo es. Hay que plantearlo.

Es un motivo de preocupación genuino en esta Legislatura que, aparentemente, se despedirá el próximo jueves.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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