La CGT perdió uno de sus grandes miedos

10:41h

Hasta fines del año pasado, el líder de la CGT Regional San Juan, Eduardo Cabello, rechazó las presiones para ir a un paro general, incluso pagando el costo de que los sectores más combativos de la oposición lo tildaran de colaboracionista. O de algo mucho peor.

El fundamento de Cabello para guardar las armas era bastante sencillo y, en cierta medida, honesto: la dirigencia sindical podía quedar expuesta si convocaba a una medida de fuerza y luego los trabajadores no adherían.

El riesgo era enorme y el miedo, también. Javier Milei cumplió el primer año de gestión prácticamente blindado, con un sólido 50 por ciento de aprobación (puntos más, puntos menos). Desafiarlo era ponerse en contra de la ola.

La prudencia aconsejó esperar. O especular, dirán los más críticos. Sea como fuere, el tiempo pasó y el blindaje original del León empezó a tener fisuras.

La prudencia aconsejó esperar. O especular, dirán los más críticos. Sea como fuere, el tiempo pasó y el blindaje original del León empezó a tener fisuras. Abundan las razones. Desde la confrontación con las universidades públicas hasta los jubilados, las minorías sexuales, el feminismo, la causa Malvinas y sí, finalmente, la economía.

Tras el escándalo de las criptomonedas, el nuevo rescate solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI) para estabilizar el tembladeral cambiario que provocó una hemorragia de divisas en el Banco Central puso al modelo al borde del precipicio.

Entonces, más allá de los números de inflación y pobreza decrecientes, la cruel realidad empezó a estrangular la paciencia. Terminó la luna de miel. Para la CGT, llegó la hora de mostrar los dientes.

La cruel realidad empezó a estrangular la paciencia. Terminó la luna de miel. Para la CGT, llegó la hora de mostrar los dientes.

Es lo que sucederá el próximo miércoles, cuando los líderes y algunos delegados acompañen a los jubilados en su marcha semanal al Congreso, y el próximo jueves, cuando se lleve a cabo un paro general por 24 horas.

Será el punto de inflexión. El primer paso de un plan de lucha que marca el final del periodo de gracia, según definió una alta fuente que es visitante frecuente de la CGT de avenida España.

El gran miedo de quedar pedaleando en el aire comenzó a esfumarse. Por primera vez los líderes de la central obrera -con Cabello a la cabeza- olfatean que hay malestar social suficiente para embarcarse en la pelea.

Cabello no está solo. A su lado se sentó el secretario general de UPCN, José ‘Pepe’ Villa. La coincidencia entre ambos es un dato relevante porque no siempre han coincidido. Por el contrario, han tenido idas y vueltas. Hoy la coyuntura los pone del mismo lado.

El paro general, que a nivel nacional afectará desde los vuelos hasta los trenes, puede tener algunos sectores impedidos de ir a la huelga. Por ejemplo, la UTA, afectada por una conciliación obligatoria.

Los gremios docentes también están atados. UDA, que integra la CGT, debería adherir al paro general. Pero en su calidad de sindicato paritario está alcanzado por una conciliación obligatoria que dictó el subsecretario de Trabajo, Franco Marchese.

¿Está descartada la huelga educativa el jueves 10 de abril entonces? No necesariamente. Es un tema pendiente. ‘Paso a paso’, dijo una fuente del sector parafraseando a Mostaza Merlo.

Si UDA hace punta, pondrá a sus colegas AMET (docentes de educación técnica) y UDAP (vinculado a la CTERA y la CTA) en posición de definirse también.

Si UDA hace punta, pondrá a sus colegas AMET (docentes de educación técnica) y UDAP (vinculado a la CTERA y la CTA) en posición de definirse también.

Esto implica que el paro contra las políticas de Milei también tendrá impacto en el gobierno de Marcelo Orrego. Que la provincia sufra las consecuencias de la protesta será incómodo, cuanto menos.

El orreguismo podrá deslindar la responsabilidad política y atribuir el reclamo solamente a lo nacional. Y que haya paro nomás. O podrá intervenir para garantizar los servicios esenciales: educación y transporte, al menos.

La relación de la CGT con Orrego es correcta. Abundan los gestos de cordialidad recíprocos. Pero la pertenencia peronista de los líderes sindicales está intacta.

El vínculo entre Cabello y Sergio Uñac goza de buena salud. Mantienen charlas periódicas. Lograron superar algunos ruidos generados por intermediarios.

Ese vínculo político funciona como telón de fondo también para este 10 de abril.

PELADO STREAM

Daniel Tejada
hola@peladostream.com.ar
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