
10 Jun 08:43h
Karina Milei es mucho más que la Secretaria General de la Presidencia. Como la definió su hermano Javier desde el principio, Karina es ‘El Jefe’. Por lo tanto y hasta nuevo aviso, ella es la que manda. En el plano político, claro está.
Por eso el ultimátum que le dio al PRO en provincia de Buenos Aires debería tomarse como lo que fue: la oferta final y con alcance más allá del último bastión de importancia que le queda al peronismo en todo el país.
El ultimátum de Karina a los ¿ex? macristas Cristian Ritondo y Diego Santilli es que si quieren compartir listas en Buenos Aires, será todo con la simbología de La Libertad Avanza. El amarillo será un recuerdo nomás. Violeta o nada.
No debería sorprender a nadie el tenor del ofrecimiento. Es lo mismo que viene planteando el diputado nacional José Peluc en cada declaración pública y en cada conversación privada. Quien quiera sumarse a LLA debería hacerlo en posiciones no expectantes, con el convencimiento de que esa relación pueda florecer en 2027.
Es decir, que acompañen ahora para que Javier sume legisladores propios en el Congreso, no aliados. La Casa Rosada detesta los lazos de dependencia de los gobernadores dialoguistas. Lo ha demostrado en más de una oportunidad.
Sin ir más lejos, este lunes el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pospuso una reunión que tenía con mandatarios provinciales para hablar de coparticipación. Todo tiene que ver con todo.
Esa condición no negociable es lo que impide un acuerdo con Marcelo Orrego. El gobernador no tiene motivo alguno para subordinarse a los libertarios, cuando él mismo mide entre 15 y 20 puntos más que Milei en las encuestas de imagen pública realizadas en San Juan.
Por el contrario, el orreguismo viene ofreciendo un diálogo abierto con los libertarios y con cualquier otra fuerza siempre y cuando se allanen a la conducción del gobernador. La incompatibilidad salta a la vista.
Orrego no se subordinará a Karina. Y Karina no se subordinará a Orrego.
Como ya se dijo y escribió en esta columna, la división entre libertarios y orreguistas debería ser una buena noticia para el peronismo, si no fuera por la profunda crisis que atraviesa el partido, que hoy cuenta con los dedos cada punto posible para entrar en el reparto de tercios.
El PJ sanjuanino sufrió y sufrirá más que nadie la pérdida de las PASO. Sin primarias, el partido quedó arrinconado. Tendrán que ponerse de acuerdo en conformar una lista de unidad y eso, más temprano que tarde, siempre será una elección de candidatos a dedo.
¿Habrá enojados que terminen armando por afuera? Ese es el peor de los miedos para Cristian Andino, el precandidato bendecido por Sergio Uñac.
El ex intendente de San Martín y ex candidato a vicegobernador corre con ventaja, siempre y cuando lo siga respaldando el senador Uñac. Pero sabe que tendrá que compatibilizar pretensiones con José Luis Gioja.
¿Acompañaría el giojismo mansamente a Andino, aceptando el segundo lugar de la lista? ¿O armaría una lista rival para ir a una interna partidaria suicida?
Lo de suicida no es una figura retórica nomás. Son conscientes, tanto desde el uñaquismo como del giojismo, de que el partido no está para embarcarse en otra confrontación de esta naturaleza. Sería tanto como firmar la defunción anticipada, antes de las elecciones generales de octubre. Quedarían expuestas todas las debilidades, más que las fortalezas.
Y esto no se agota en uñaquismo y giojismo. También está Fabián Gramajo, con su personalidad atonomista y su visible alianza con Carlos Munisaga. Chimbas y Rawson, Rawson y Chimbas, empezaron a jugar con peso específico propio dentro del partido. Ambos salieron a ponerle límites al uñaquismo y al giojismo.
Mientras tanto y como peludo de regalo les cayó la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, que siempre será utilizada en campaña tanto por libertarios como por orreguistas.
Mientras el peronismo siga hundido en sus complicaciones, libertarios y orreguistas tendrán margen para diseñar campañas separadas.
PELADO STREAM
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