
29 May 09:08h
Salvo los roces públicos con la intendenta de Caucete, Romina Rosas, el gobierno de Marcelo Orrego ha mantenido una relación cordial con el resto de los jefes comunales del peronismo. Pero por lo bajo hay tensión. Y no tiene que ver solo con la gestión y la falta de recursos sino fundamentalmente con la confrontación electoral en puerta.
A eso obedece la honda preocupación de los intendentes justicialistas que este miércoles por la tarde se reunieron en el partido para implorar una lista de unidad. Si el PJ los somete a una interna, quedarán expuestos. Serán partícipes de un espectáculo que la sociedad ya condenó en 2023.
Para Orrego, una guerra interna peronista sería a pedir de boca. Pero no es el tema en cuestión aquí, sino la tensión que asoma entre el gobernador y los intendentes justicialistas por las urnas inminentes.
A ningún jefe comunal le será indiferente el resultado de octubre, cuando haya que votar por diputados nacionales. Que le pinten el departamento de amarillo o de violeta será ingrato. Dirán que no estuvo en consideración la gestión municipal, pero en el fondo sentirán el golpe.
Sobre todo, porque en apenas dos años y medio tendrán que jugarse ellos por la reelección. Al menos es la suerte que les espera a los más relevantes del Gran San Juan: desde Carlos Munisaga en Rawson hasta Daniela Rodríguez en Chimbas, pasando por Fabio Aballay en Pocito.
Si los revuelcan en 2025, llegarán revolcados a 2027. ¿Suena muy terminante? Sí. ¿Es exagerado? Tal vez. Pero ninguno podría minimizar el impacto de estos incómodos comicios de mitad de mandato.
Algo de eso dejó al descubierto este miércoles en Pelado Stream la directora de Defensa al Consumidor, Fabiana Carrizo. Ya fue candidata a intendenta con el sello de Orrego en 2023 y le tocó perder con Munisaga. Pero no sepultó sus aspiraciones. Todo lo contrario.
En vivo en este estudio de streaming dijo que sigue trabajando activamente en el departamento y que está dispuesta a competir nuevamente en 2027, para llevar a Rawson el mismo modelo que Orrego implementó en Santa Lucía. Es la misma muletilla que utilizó Susana Laciar para ganar en Capital.
La sola declaración de intenciones habrá provocado, cuanto menos, incomodidad en el entorno de Munisaga. De todas formas, el intendente ya estaba anoticiado de que en 2027 tendrá que defenderse con todo y contra todos. Fundamentalmente, tendrá que enfrentarse con el orreguismo, aunque el tránsito de los cuatro años haya sido cordial.
Algo similar sucederá en Chimbas, donde los Gramajo retienen el poder desde 2015 de manera ininterrumpida. De todos modos, tanto Fabián como Daniela saben que las olas pueden ser impactantes. En 2023, sin ir más lejos, Javier Milei arrasó en la presidencial en ese departamento históricamente peronista.
En confianza, un alto dirigente chimbero dijo tiempo atrás: ‘el domingo de elecciones te ponen la urna en el departamento, quieras o no, compitas o no’. ¿Qué quiso decir? Que los intendentes tendrán que jugar forzosamente. Que nunca les resultará indiferente el resultado de los comicios, aunque sean apenas tres bancas en el Congreso lo que haya en disputa.
En esta línea, el orreguismo también apuesta a un desempeño exitoso en octubre. Por doble motivo. El primero, porque el gobernador necesita representantes en la Cámara Baja para fortalecerse frente a la Casa Rosada. Y el segundo motivo es porque el resultado que obtenga en cada departamento podría anticipar cómo van las cosas para Producción y Trabajo rumbo a 2027.
Esta cuenta tan sencilla es la que le pondrá coto a la cordialidad entre Casa de Gobierno y los municipios peronistas. A medida que se acerque octubre, con seguridad, la contienda será a cara de perro.
PELADO STREAM
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