
29 Sep 07:49h
Gerardo ‘Conejo’ Márquez, una de las figuras más reconocidas de la radio y televisión sanjuanina, se sentó este domingo en el sillón del programa ¡¿Quién sos?! del canal Pelado Stream, entrevistado por la periodista Celeste Williner, para desgranar los desafíos de la vigencia, su particular estilo desestructurado y su profunda búsqueda personal.
«Soy locutor y hago, actualmente, televisión. Siempre me dediqué a la conducción de radio, televisión, escenarios, eventos,» comenzó presentándose el «Conejo» Márquez. Al ser consultado sobre su preferencia, fue claro: «Me gusta la conducción de tele, me parece que siempre digo que en tele es como que hay más por hacer.»
En un panorama donde la radio ya es un campo saturado de competencia, Márquez ve en la televisión, aun con la irrupción del streaming y las redes, un vasto horizonte en San Juan. Su estilo al frente de su programa, Encendidos en Canal 8, es notablemente informal. «Soy eso mismo,» afirmó sobre su desestructuración en cámara.
Intentó ajustarse a un estilo «ABC1» en radio en el pasado, pero le resultó imposible. «Es como más fuerte que yo. No voy a funcionar si no me siento cómodo,» sentenció.
Una de las marcas distintivas de su imagen en TV es el uso de un mameluco u overall como vestuario, una elección que, según contó, tiene un origen muy práctico: el hastío por la logística del vestuario. «Lo voy a tratar de explicar resumido, tiene que ver con el haber padecido que muchas casas me vistieran,» confesó. El estrés por devolver la ropa, las manchas de maquillaje, la ropa que no estaba lista, lo llevó a buscar una solución radical. La alternativa fue entre el pijama (por el horario de siesta) o el mameluco. Se decidió por el mameluco, logrando una comodidad total con sus cinco unidades que rota de lunes a viernes.
Sobre la exposición, el «Conejo» disfruta de que lo reconozcan y saluden en la calle, o le pidan una foto. Sin embargo, reveló un momento incómodo: «Si de repente más de cinco personas y vos me gritás a la distancia, a mí ese instante se me hace difícil de llevar, porque todo el mundo se gira.» En cuanto al propósito de su trabajo, Márquez desestimó la búsqueda de reconocimiento como foco principal.
«Yo voy para que la gente disfrute de lo que hago,» aseguró, y se plantó firmemente contra el formato dominante en San Juan: el magazine. «Hay gente que se enoja cuando yo digo basta de magazine,» comentó, lamentando que algunos canales solo hagan eso. Su programa en el estilo late night busca romper con esa costumbre y no «comprar al televidente» con regalos, sino que lo miren «porque les gusta lo que hago.»
El locutor también compartió su visión sobre la evolución de la radio, lamentando la irrupción de cámaras que la convierten en un híbrido con el streaming. «La radio dejó de ser radio,» expresó con algo de nostalgia. Recordó la mística de antaño, cuando la gente se enamoraba de la voz del locutor y se lo imaginaba, algo que se perdió al ver «cómo laburo y cómo es mi cocina.»
Para él, la radio debe seguir siendo magia y darnos la posibilidad de trabajar la imaginación.
Al hablar sobre el contraste entre su vida y el personaje en pantalla, reconoció que al encenderse la luz roja, «hay un personaje que me queda cómodo» que lo obliga a armarse «a pesar de que tengas un mal día.» La diferencia es sutil: no es una persona distinta, sino la versión que sale a «pelear por más que esté destruido y roto por dentro,» una realidad que a veces vuelve al atravesar la puerta del estudio.
La búsqueda espiritual
Al ser consultado sobre las cosas que lo «rompen» en lo cotidiano, el conductor mencionó la injusticia social, ver que «a otra gente a la que le va bárbaro… y son garcas de la vida.»
En un momento emotivo, Williner le devolvió su pregunta sobre el peor momento de su vida. «Si tengo que elegir uno fue la pérdida de mi viejo,» reveló. Su padre, que falleció a los 89 años, tuvo demencia y dejó de reconocerlo mucho tiempo antes, un proceso que describió como «dolorosísimo.» Contó que su padre, sin saberlo él, presentaba orquestas en su juventud, por lo que sintió que siguió su camino y que el viejo «se fue un poco orgulloso y contento por lo que yo hice.»
También reflexionó sobre la distancia emocional de los hombres de antes, como su padre, a quien «no se le cayó nunca un te quiero.» Esto contrasta con él, quien se considera hipersensible y se lo manifiesta a su hija constantemente: «Te amo le dije a mi hija esta mañana cuando la dejé en Educación Física.»
Esta capacidad de expresión es parte de un profundo cambio. El «Conejo» reveló que sufrió ataques de pánico con trastorno de ansiedad por 21 años, lo que lo llevó a una búsqueda personal y espiritual. «Encontré esas respuestas. Me encontré con Dios,» afirmó, y esta conexión directa lo ayudó a sanar y a cambiar.
A lo largo de su carrera, Márquez siempre tuvo referentes, como Mario Pereyra y Rony Vargas. Sobre su futuro, no tiene una meta fija, solo el deseo de «morir en la mía y seguir creciendo y seguir aprendiendo» en los medios.
Rechazó la posibilidad de conducir un noticiero tradicional, pues no se sentiría cómodo: «No creo que voy a seguir en la misma y puedo ir variando algunas cosas, pero sí creo que es un estilo que ya no voy a modificar y que además me queda cómodo hoy.»
Finalmente, el conductor se refirió a la necesidad de profesionalismo en el trabajo, incluso en situaciones incómodas, como cuando laboró con una compañera con la que no se hablaba. «Se apagaba la cámara y yo quería que saliera del piso… no la toleraba y le pasaba lo mismo a ella,» pero cuando la cámara se encendía, eran profesionales.
Sobre aprovechar la TV para conocer gente, se hizo cargo de que «sí, se dio, conectamos y fluye y pasa.»
Hoy, el «Conejo» Márquez valora su momento actual: «Estuve más de 2 años solo y porque no quería engañarme engañar.» Ese tiempo de introspección y amistad con la soledad le permitió estar bien consigo mismo. «Hoy puedo conectar, sanamente, si querés, estando bien conmigo, puedo conectar con alguien y armar una relación.»
La entrevista cerró con esa idea: aprender a estar solo y a sentirse feliz nos permite tener mejores vínculos, el gran aprendizaje de un locutor, animador y una persona que no teme mostrarse roto para luego, encenderse.
PELADO STREAM
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