09 Dic 13:35h
La Fundación Artesanías de San Juan, junto con la Fundación EOS Naturaleza y Patrimonio, llevó a cabo el primer certamen específico para destacar al Mejor Poncho Sanjuanino, una prenda que condensa la cultura, la tradición y los saberes ancestrales de la provincia. La premiación, realizada el día 27, fue un homenaje al trabajo de las tejedoras y tejedores.
El vicepresidente de la Fundación Artesanías de San Juan, Daniel Izasa, confirmó en una entrevista en Pelado Stream que la ganadora fue Clara Quiroga, de Albardón, cuyo poncho fue nombrado “poncho de raíces moquinera”.
Isaza explicó que el certamen buscó rescatar la tradición del poncho de lana, tejido en telar criollo o telar plantado. El jurado valoró la labor artesanal en su totalidad, que implica mucho más que solo el tejido, incluyendo el lavado y el hilado de la lana virgen, procesos que, junto con el teñido, pueden llevar cerca de cuatro meses de trabajo intenso.
El jurado priorizó la calidad del hilado, el teñido con tintes naturales, el peso, la tensión de la trama —la cual se verificó a trasluz— y los detalles de terminación como las guardas y la colocación de los flecos.
Históricamente, el poncho sanjuanino mantiene su identidad con los tonos tierra y ocre, obtenidos de tintes naturales locales como la cáscara de algarrobo, eucalipto, cebolla y la hierba lata, reflejando así los colores de la montaña y el paisaje de la provincia.
Contra los tabúes, tejedoras y tejedores
El certamen, que convocó a cerca de 20 personas, no solo puso en valor la labor de la artesana como protagonista, sino que también ayudó a visibilizar el rol del hombre en este oficio ancestral.
Izasa destacó que lograron «romper este tema de las tejedoras» al premiar al tejedor Roque Poblete, de Malimán, Iglesia, quien se llevó el premio otorgado por el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte. Este reconocimiento ayuda a rescatar un oficio que, en las culturas andinas, históricamente fue desempeñado por hombres.
El objetivo principal de la Fundación Artesanías de San Juan, que es presidida por una artesana, es valorizar el trabajo artesano, promover mecanismos de comercialización justa, establecer instancias de capacitación para la continuidad de los saberes y asegurar que «esa voz de las manos no se calle».
Como incentivo, a cada participante se le entregaron 3 kilos de lana virgen para futuros trabajos, y la convocatoria fue tan exitosa que todos los ponchos presentados se vendieron durante el acto de premiación.
PELADO STREAM
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