
14 Ago 09:34h
Hay una convicción, en cierto sector de la militancia peronista, de que la candidatura de Cristian Andino podría eventualmente complicar más al candidato de Marcelo Orrego. Y que, en cambio, la candidatura de José Luis Gioja sería más colaborativa con el gobernador.
De acuerdo a ese razonamiento, Andino tendría un perfil más compatible con los tiempo que corren: es joven, tiene la sonrisa fácil, no confronta, mide alto en los sondeos de imagen.
Si fuera el candidato del peronismo, descuentan que tendría los puntos duros de la militancia pero además contaría con un margen de crecimiento en el votante independiente, que le estaría negado a otra figura más identificada con la militancia clásica del bombo y el chori. ¡Horror y espanto!
Por supuesto se trata una conjetura caprichosa, producto de las pasiones y los intereses creados en torno de una disputa histórica entre uñaquistas y giojistas. Con un condimento adicional: la necesidad de renovación.
Tanto Andino como Fabián Gramajo representan la ruptura de un tapón que mantuvo relegada a toda una generación. Gioja carga con ese estigma, incluso en un sector importante del peronismo que lo mira con respeto y reconocimiento.
Pero, como toda conjetura, no es más que eso. Del otro lado un joven referente del giojismo ofreció una mirada diametralmente opuesta. Por supuesto, con la reserva del off the record.
Para este dirigente, Gioja podría ser una amenaza mayor para el candidato del orreguismo, porque quien fuera tres veces gobernador de la provincia tiene un nivel de instalación que ningún otro dirigente peronista puede ostentar.
¿Tiene imagen negativa? Sí, la tiene. ¿Más que Andino? Por supuesto. Pero esta elección de mitad de mandato y dividida en tercios baja bastante las expectativas. Cualquiera que pueda arrimarse a los 30 puntos será líder.
Ahora bien, resulta interesante detenerse en el argumento que cruza a las dos posturas contrapuestas: ¿Qué candidato peronista sería más competitivo frente al candidato de Orrego? ¿Uno nuevo y más neutral o uno histórico y más combativo?
Visto del otro lado, del oficialismo provincial, puede importar poco la definición del justicialismo. Sea Andino, Gioja o Gramajo quien encabece la lista opositora, el gobernador ya está delineando una oferta con lo mejor.
¿Y qué es lo mejor? El dirigente que más mida dentro de su espacio y el que mayor margen de crecimiento ofrezca, en una campaña que será corta y desafiante por doble vía.
Doble vía porque no solo se enfrentarán el orreguismo y el justicialismo, sino que también tendrán su porción los libertarios. La carencia de figuras potentes en el espacio violeta, no sería determinante. El candidato, en todo momento y lugar, será el propio Javier Milei. Luego el nombre puesto en la lista sanjuanina será anecdótico, como en el resto del país. Es el proyecto del Javo. Fin.
Pese al deterioro de la imagen presidencial, el modelo libertario conserva una marca de sólidos 40 puntos de aprobación. Puede ser poco, si más de la mitad de la ciudadanía está del otro lado. Pero la oferta está tan dividida que, como ya se dijo, arrimarse a los 30 puntos será más que suficiente.
El peronismo cuenta con que, más allá del candidato que se anote el domingo próximo, mucho votante enojado con Milei volverá arrepentido al justicialismo. Solo algunos, los menos, empiezan a ver que Orrego también tendrá una cosechadora de votos desencantados con la motosierra.
La disputa entonces se enfoca en ese botín: los puntos que fue perdiendo la ola violeta. ¿Quién se los quedará: el candidato peronista o el candidato orreguista?
Más allá de las lecturas caprichosas, de los rencores internos y las facturas impagas, este es el norte de la estrategia del PJ. Porque, más allá de las pasiones, lo que verdaderamente importa es ganar.
PELADO STREAM
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