
11 Sep 08:51h
El próximo lunes Javier Milei presentará el proyecto de Ley de Presupuesto 2026 por cadena nacional. La última vez que lo hizo les mandó decir a los gobernadores que tenían que recortar 60.000 millones de dólares. Ha pasado un año de ese ultimátum que por supuesto quedó en una bravuconería y se terminó convirtiendo en un boomerang.
Hoy la Casa Rosada está implorando que los mandatarios provinciales vengan al pie. Si hasta acaba de resucitarse el extinto Ministerio del Interior como un gesto de acercamiento. Ahora bien, acercamiento sin plata no es acercamiento.
La pregunta indispensable a esta altura es si el Presupuesto 2026 -el tercero de la era Milei o el primero, como quiera verse, porque los anteriores fueron un dibujo que nunca se aprobó- contiene algún alivio para las provincias.
Si el alivio no aparece, entonces aquí no habrá nada más que hablar. Mucho menos cuando parece inminente el veto a la ley que distribuye los ATN con un criterio de coparticipación federal.
Milei ya vetó la Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Emergencia Pediátrica. En ambos casos los gobernadores habían sentado posición a favor de las universidades públicas y del Garrahan.
Si este jueves, último día hábil para proceder, consuma el veto a la ley de ATN, habrá quedado absolutamente cortado el camino de aproximación con las provincias.
Para el dogma libertario esta cruzada contra los gobernadores es hasta romántica. Implica ser consecuentes con el discurso anticasta, el discurso antiestatal.
Pero por fuera del dogma libertario está la realidad y desde 1853 en adelante -tal vez antes- este país tiene reglas institucionales de convivencia y un Estado sin el cual no hay Nación. Entonces, de los libros que recita el presidente a la realidad de la Argentina, hay un abismo cada vez más profundo.
Marcelo Orrego fue contemporizador cuando la prensa sanjuanina le consultó acerca de la eventual convocatoria que haría Milei. Dijo que la silla de San Juan no estará vacía. Fue un gesto de buenos modales. De ahí en adelante habrá que cuidar las interpretaciones.
El concierto de los gobernadores está bastante descreído de que esta vez sea distinto. Han cumplido dos años de convivencia con notables gestos de colaboración en el Congreso y finalmente ninguna reciprocidad. Lo único que hizo Nación fue retirarse.
Las provincias quedaron en situación de emergencia, con coparticipación a la baja y con las obligaciones mínimas de Vialidad Nacional, Salud y Educación recortadas a 0 por el dogma libertario: ‘no hay plata’.
Esa retirada del Estado Nacional del territorio argentino significó dejar en manos de los gobernadores la cosa pública. Como ejemplo sirva recordar que en San Juan la provincia se hizo cargo del mantenimiento del Acceso Sur, el Acceso Este y el anillo interno de Avenida Circunvalación, hasta de repavimentar la ruta nacional 153 entre Media Agua y Los Berros.
Si Nación desaparece, ¿qué motivo tendría un votante sanjuanino para acompañar a La Libertad Avanza el 26 de octubre? Como ya se dijo y escribió en esta columna, habrá siempre un núcleo duro convencido, ideologizado, que bancará las ideas del León. Pero la mayoría no. La mayoría solamente querrá vivir mejor. Así de simple. Y no se puede vivir mejor si el Estado le da la espalda al ciudadano.
Esta semana el diputado libertario José Peluc dijo en Pelado Stream que el problema que sufrieron está vinculado a lo estratégico, a los defectos de la comunicación. Es el mensaje que baja desde Buenos Aires de la propia usina de Karina Milei.
Para los libertarios todo está bien, este es el camino correcto y no hay acuse de recibo del rechazo plasmado en las elecciones bonaerenses del domingo pasado. Bajo la perspectiva de la Casa Rosada, todo fue por obra y gracia del aparato peronista más recalcitrante.
Sin embargo en todas las elecciones provinciales a La Libertad Avanza le fue mal, a excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el resto de los distritos los libertarios quedaron atrás. ¿De verdad no van a descifrar mínimamente el significado de la voluntad popular?
Este martes, después de un lunes rojo, con un riesgo país galopante, una corrida cambiaria y una estrepitosa caída de las acciones argentinas en Wall Street, llegó un mensaje de alivio desde el FMI. Sirvió para contener de alguna manera la incertidumbre de los mercados internacionales. Pero el gobierno no va a sobrevivir con tuits de Kristalina Georgieva o Julie Kozack. El gobierno, para sobrevivir, necesita votos.
Es una anécdota que ya tiene algunos años. En un momento de crisis, tras uno de los incidentes ambientales de Veladero, un alto funcionario del gobierno de Sergio Uñac le dijo este periodista: ‘las mineras cuentan sus ganancias en millones de dólares o en onzas de oro, pero nosotros los políticos contamos nuestro patrimonio en votos’. Peluc lo sabe bien. Los Milei parece que no.
PELADO STREAM
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