
03 Jun 12:58h
Jiva Iacopino vive actualmente en Massachusetts, Estados Unidos. Vivió gran parte de su vida en San Juan y se considera a si misma como un «bicho híbrido» porque es un poco de todos lados. Tiene un espíritu libre y además, dice, es muy joven aún. Dijo sentirse agradecida por el privilegio de haber podido viajar y conocer varias ciudades del mundo.
En contacto con Pelado Stream compartió parte de su experiencia y brindó detalles de su aventura.
Jiva nació en Norteamérica y en el año 2011 se mudó junto a su familia desde California al pintoresco pueblo de las Flores, en Iglesia. Allí echaron raíces y comenzaron un emprendimiento turístico con un estilo de vida de campo. En San Juan realizó su formación académica, tanto primaria, secundaria como universitaria.

Comentó que desde que era chica tuvo ganas acumuladas de recorrer el mundo y salir del “pueblo chico”. En su hogar en Iglesia, su familia recibía estudiantes de intercambio de distintos países. Cuando se despedían la invitaban a sus hogares en sus países de origen. Así fue como a los 18 años se animó a viajar sola por Europa durante tres meses, alojándose en casas de personas que ya conocía.
Después de esa experiencia, volvió a Estados Unidos con la idea de quedarse solo unos meses. Pero terminó viviendo dos años y medio en California. Fue en ese tiempo que se le despertó el deseo de estudiar cine. «Se me encendió la chispa y desee estudiar cine en California. Pero justo a los pocos meses comenzó la pandemia y ante la incertidumbre decidí volver a San Juan con mi familia», contó. Ahí fue que ingresó a la ENERC y completó su carrera.

Cuando Jiva terminó sus estudios sintió que no tenía ganas de echar raíces y decidió aventurarse nuevamente. Esta vez incluyó un viaje al Sudeste Asiático por casi tres meses. Luego de eso regresó a Estados Unidos pero a Massachusetts. En esa ciudad su familia se dedica a la actividad comercial y trabajó con ellos. Relató que es la primera vez en ese país donde pudo ahorrar dinero, ya que anteriormente tuvo empleos con sueldos mínimos y apenas le alcanzaban para sobrevivir o para pagar pasajes para ver a su familia. Aunque que la experiencia le resultó positiva, dijo que en los países del norte o primermundistas el sistema capitalista es muy voraz y hay que trabajar mucho para poder vivir.
Sobre su relación con Las Flores y San Juan, Jiva confesó que cambió con el tiempo. En su adolescencia se sintió frustrada porque sentía que no podía insertarse fácilmente y tenía la sensación de que no podía desarrollarse del todo. Sin embargo, con el tiempo y la distancia, dijo que su perspectiva cambió. «Hoy sin duda tengo un vínculo amoroso con el lugar. En este momento tengo ganas de replicar lo que mis padres hicieron, un estilo de vida tranquilo y campestre», expresó.
Jiva brindó consejos para quienes piensan en algún momento con viajar o vivir en el exterior y aun no se animaron. «Desde mi lugar es importante aclarar que tengo la gran ventaja de tener ciudadanía europea y estadounidense, lo cual facilita muchas cosas, como conseguir trabajo. Pero más allá de eso, siempre aliento a las personas que tienen el deseo de explorar, conocer lugares nuevos o vivir experiencias distintas, a que lo hagan en cuanto puedan. La vida es una sola.
Agregó que cada lugar tiene sus ventajas y desventajas. Ningún lugar es completamente fácil o mejor. «Así como un lugar te puede dar mucho, también te puede quitar, pero eso pasa en todos lados. Es fundamental estar abiertos mentalmente a los cambios de perspectiva y aprender a reconocer qué cosas buenas te da el lugar al que vas». Para terminar dijo que también es clave mantener la conexión con las raíces y la gente y que muchas veces no se considera al irse a vivir a otro lugar es el impacto de la soledad.
PELADO STREAM
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