
26 Jun 08:36h
Hace poco más de un mes, el 23 de mayo, en esta misma columna se revelaba el entusiasmo orreguista por hacer una buena elección en Capital en octubre próximo. Bueno, no solo el oficialismo provincial tiene expectativas en este, el segundo distrito más numeroso en votantes. También el peronismo ha identificado ahí la madre de las batallas.
Capital es, posiblemente, el departamento más esquivo de todos. Desde el regreso de la democracia, hace 42 años, solo un intendente logró la reelección: Marcelo Lima. Y lo consiguió -más allá de los pergaminos de su gestión- porque compartía boleta con una presidenta y un gobernador que arrasaban en las urnas.
La regla general es que el capitalino vota con una libertad tan absoluta como pendulante. Por eso resulta bastante inmanejable. Tan impredecible como la victoria arrolladora de Susana Laciar el 15 de mayo de 2023.
La actual intendenta se convirtió en una de las grandes revelaciones de ese comicio municipalista, porque no solo le ganó mano a mano al ex intendente Emilio Baistrocchi, que buscaba la reelección, sino que le ganó a su propio aliado de Cambia San Juan, Rodolfo Colombo, mucho más instalado que ella al menos en el inicio de la campaña.
Para Producción y Trabajo, la victoria de Susana fue un trofeo incomparable. Súbitamente, Capital se contagió de Santa Lucía y de Rivadavia. Se pintó el corredor Este-Oeste de un solo color.
Si Susana logra sintonizar con los vecinos como antes lo hicieron Marcelo y Juan José Orrego de un lado, y Fabián Martín del otro, entonces al peronismo le resultará muy difícil revertir la tendencia.
El peronismo conserva dos bastiones en el Gran San Juan: Rawson y Chimbas. Ahí cifrará sus mayores expectativas de hacer una buena elección en octubre para diputados nacionales. No porque les importe tanto el Congreso Nacional, sino porque ‘sin 2025 no habrá 2027’, repiten una y otra vez.
Santa Lucía y Rivadavia se volvieron impenetrables para el peronismo por las razones antes expuestas. Los Orrego en el Este y Martín y Sergio Miodowsky en el Oeste consolidaron sus territorios, dejando en minoría perpetua a los compañeros del PJ. No parece que eso vaya a cambiar en lo inmediato.
Pero Capital, con ese temperamento volátil, puede presentar una oportunidad.
La mayor apuesta del orreguismo es que Susana contribuya a la campaña con una fuerte presencia y que ahí, en el segundo distrito más poblado de toda la provincia, logren sacar una diferencia tan importante que al peronismo le cueste mucho dar vuelta con los departamentos del interior.
Ese es uno de los rasgos distintivos de Capital: cada punto de ventaja es una enormidad en cantidad de votos. Para compensar con municipios más pequeños hay que hacer un esfuerzo descomunal.
Ahora bien, Susana no figura en el podio de los intendentes de mayor aprobación. Era esperable. Nunca un intendente de Capital estuvo en esa posición, por la naturaleza misma del vecino.
No hace falta sacar 50 puntos en Capital para considerarse vencedor. Con mucho menos alcanza, como ya se explicó. Cada punto capitalino vale por cinco de cualquier otro departamento, por la diferencia poblacional.
Los peronistas comparten este razonamiento. Por eso el líder de la Junta Departamental del PJ en Concepción, Rogelio Mallea, está haciendo fuerza para impulsar a Cristian Andino como candidato a diputado nacional.
Mallea entiende que Andino tiene mayores chances, es más compatible con el votante capitalino. Bajo su perspectiva, que es la de muchos, Andino representa su mejor oportunidad. Incluso cuando haya otros más afines con el voto histórico peronista de Rawson y Chimbas. Es decir, José Luis Gioja y Fabián Gramajo, respectivamente.
La elección del 26 de octubre será clave para repartir las cartas de cada uno, rumbo a 2027. Y Capital, como está el tablero, será la madre de las batallas.
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