
08 Sep 09:16h
Reinaba la euforia este domingo por la noche en el peronismo sanjuanino, tras la victoria aplastante de Fuerza Patria en las elecciones provincialísimas bonaerenses. ¿Cómo no imaginar que Axel Kicillof acaba de encender una mecha de alcance nacional?
Tiene sus bemoles esta premisa triunfalista del peronismo sanjuanino. La primera de todas es no dejar escapar el tren. Si Javier Milei sufrió un golpe de knock out este 7 de septiembre en el principal distrito electoral del país, es obvio que hay que utilizar el resultado para tomar envión.
De todos modos, nadie puede desconocer en el peronismo sanjuanino que hay diferencias entre aquel escenario y este escenario. La primera de todas es que aquí no gobierna el PJ, sino Marcelo Orrego.
En adelante, todo será incógnita más que nada. ¿Podrán pegarle a Orrego con la derrota libertaria en provincia de Buenos Aires como intentaron hacer rápidamente algunos dirigentes en redes sociales este mismo domingo por la noche?
Al gobernador le imputarán su cercanía con Milei, porque sus legisladoras en el Congreso acompañaron muchas leyes que promovió La Libertad Avanza. Sin embargo, Orrego buscará desembarazarse en el acto con votos concretos que marcaron la diferencia: a favor de las universidades, de los jubilados, del Garrahan y de las personas con discapacidad.
Con el diario del lunes -nunca mejor dicho- Orrego habrá respirado aliviado por no haber cerrado una frente electoral con los libertarios. Su mejor chance para octubre, a la luz de los resultados, es flamear bien alto la bandera de San Juan, lo más lejos posible de La Libertad Avanza.
Que Milei haya caído en Buenos Aires tiene varias interpretaciones posibles. La más evidente de todas es que su plan económico de ajuste y motosierra indiscriminada les pegó más fuerte a los que menos tienen. Y eso, valga la obviedad, siempre tuvo un alto costo electoral.
Aunque el gobierno nacional se empecine en repetir que bajó el desempleo, que no cerraron pymes, que la economía crece a tasas chinas y que el dólar flota libremente sin intervención estatal, la realidad es otra.
Que hay muchos votantes dispuestos a seguir haciendo el sacrificio con tal de erradicar al peronismo, también es cierto. Se manifestó en el 33 por ciento obtenido en provincia de Buenos Aires.
Pero el votante independiente, desideologizado, no está preocupado por peronismo sí o peronismo no. A ese votante solo le importa lo que siempre le importó: vivir de la mejor manera posible. Así se sencillo es el razonamiento.
Moraleja: el antiperonismo o antikirchnerismo ya no es suficiente para ganar una elección, como fue en 2023. Hace dos años, el Frente de Todos, convertido en Unión por la Patria, rompió el contrato de ‘heladera llena’. Si la culpa la tuvo la pandemia o la sequía, poco importó. De excusas está sembrado el camino del fracaso.
Milei fue el catalizador de esa frustración. Pero pasaron casi dos años desde aquella euforia por la motosierra y la promesa de dolarización al estilo menemista de los ’90. Como dijo el consultor Gustavo Córdoba en Pelado Stream el 22 de julio, está naciendo el antimileísmo.
Era de esperar. Por su sola condición de gobierno, Milei se convirtió en la nueva divisoria de aguas. Ya no es Cristina ni el kirchnerismo. Es Javier. A favor o en contra. Fin.
Para el peronismo sanjuanino, el batacazo de Kicillof este domingo en su distrito es una inyección de optimismo. Si crece el voto antimileísta, eso debería traducirse en crecimiento para el PJ.
Pero, siempre hay un pero. Orrego también buscará morder en ese antimileísmo. De hecho, sus candidatos Fabián Martín y Laura Palma hace una semana vienen diciendo lo mismo: que el kirchnerismo y el mileísmo son tan extremos que se parecen el uno al otro.
Hasta ahora el peronismo de primera línea evitó la confrontación con Orrego. Cristian Andino, sin ir más lejos, optó por marcar las profundas diferencias con La Libertad Avanza sin detenerse en el gobierno provincial.
Tuvo sentido esa estrategia hasta ahora, porque el peronismo podía entender que la polarización entre libertarios y justicialistas iba a dejar relegado al orreguismo. Pero, como van las cosas, es posible que LLA empiece a despegarse hacia abajo. Y emerja una nueva polarización, bien sanjuanina. De un lado Orrego. Del otro, el PJ.
Por lo pronto, este lunes será un día para recalcular estrategias.
PELADO STREAM
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