
20 Mar 13:26h
Tanto Cristian Andino como Fabián Gramajo mantuvieron calentitas sus respectivas campañas desde la derrota peronista de 2023, preparados ambos para competir por una banca en el Congreso en 2025. No tienen vocación de legislador, pero figurar en esta contienda de medio término les permitirá seguir a flote en la consideración popular. No es poco. Por eso la sombra de José Luis Gioja es, cuanto menos, una incomodidad.
El tres veces gobernador fue diputado nacional hasta diciembre de 2023 y desde entonces no ocupa ningún cargo público. Pero tampoco está retirado. Jamás paró.
El cambio de marcapasos al que debió someterse en diciembre trajo aparejada una complicación y lo que iba a ser una práctica de rutina llevó más tiempo del esperado. Pero ya lo superó. O lo está superando.
El cambio de marcapasos al que debió someterse en diciembre trajo aparejada una complicación y lo que iba a ser una práctica de rutina llevó más tiempo del esperado. Pero ya lo superó. O lo está superando.
A diario sube los interminables escalones de su histórica oficina de calle 9 de Julio, metros al oeste de avenida Rioja. Toda una metáfora de su presente. En especial, de su determinación: no se quedará en casa.
Su teléfono sigue sonando, tal vez no con la frecuencia de antaño, pero sigue sonando. Su red de contactos especialmente con Buenos Aires está intacta. La pregunta natural es si será nuevamente candidato en 2025 para regresar a la Cámara de Diputados del Congreso. La respuesta por ahora sigue siendo ‘ni’.
Según una fuente muy cercana, Gioja considera que lanzar una postulación de arranque implicaría ponerle un límite al acuerdo de unidad que necesita el peronismo. Ni siquiera es una especulación orientada a la victoria. No. Las pretensiones han bajado bastante. Es un cálculo para lograr la supervivencia.
Gioja tiene presente que, salvo la excepcionalidad del 2023, cuando hubo un reparto de tercios en la parlamentaria, en San Juan siempre el primero se llevó dos bancas y el segundo se quedó con la tercera restante. De modo tal que alguno se puede quedar afuera: el PJ, los libertarios o el orreguismo.
Gioja tiene presente que, salvo la excepcionalidad del 2023, cuando hubo un reparto de tercios en la parlamentaria, en San Juan siempre el primero se llevó dos bancas y el segundo se quedó con la tercera restante. De modo tal que alguno se puede quedar afuera: el PJ, los libertarios o el orreguismo.
La Libertad Avanza y Marcelo Orrego tienen una ventaja sobre el peronismo. Hoy les toca ser oficialismos y gozan, cada uno en su respectivo nivel, con un acompañamiento popular relativamente elevado. En la contracara, el justicialismo y sus aliados transitan por una crisis intestina solo comparable con la que transitaron luego del alfonsinazo en 1983.
La carencia de un liderazgo hundió al PJ en un mar revuelto, donde cada quien atiende su juego. Y ese juego incluye, a veces, entenderse con los violetas o con los amarillos. Abundan las pruebas.
Hay más. Hasta en el corazón del peronismo más reactivo a Javier Milei hay diferencias a cielo abierto. El enfrentamiento entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof es explícito.
En San Juan las cosas no están mejor para el partido que gobernó la provincia de manera monolítica durante 20 años. Gioja cerró el 2023 como el candidato a gobernador más votado dentro del espacio, pero la sumatoria con Rubén Uñac no alcanzó para derrotar a Orrego. Ganó el cambio.
Aunque Sergio Uñac pudo mantenerse a flote como senador en primer término (por un margen mínimo), su conducción política salió sumamente dañada por la derrota del ex Frente San Juan por Todos. El bloque en la Legislatura Provincial se fue desgranando. La obediencia debida, repentinamente, empezó a tener fallas.
El bloque en la Legislatura Provincial se fue desgranando. La obediencia debida, repentinamente, empezó a tener fallas.
En este marco es que Andino y Gramajo intentan emerger como renovación. Pero ambos tienen sus propias dificultades. El sanmartiniano, apoyado en una imagen positiva importante en las mediciones de opinión pública, cuenta con el respaldo de la estructura uñaquista. Esto incluye a los intendentes.
¿Querrán involucrarse los jefes departamentales en una contienda que no les aporta absolutamente nada? ¿O dejarán liberado el campo de juego para que gane el mejor?
Andino se ató fuertemente al nuevo presidente del PJ, Juan Carlos Quiroga Moyano, quien llegó a la conducción oficial del partido con el aval de Uñac en agosto del año pasado. Su bajo perfil le valió duras críticas internas. El peronismo no admite liderazgos blandos. O la falta de liderazgo.
Entonces, Andino -que tiene sus propios pergaminos- depende del señalamiento de Uñac para llegar a imprimir su nombre en la boleta única. Si ese respaldo estuviera en duda, las cosas cambiarían súbitamente.
Gioja tiene el poder para provocar ese tembladeral.
En un sentido bastante parecido al de Andino, Gramajo también mira receloso el comportamiento del veterano ex gobernador. El chimbero no tiene la bendición de Uñac. Se maneja como siempre lo hizo, con total autonomía. Incluso recientemente fue a buscar apoyos a Buenos Aires, con un video de la ex ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz (hoy escudera política de Axel).
Más allá de su arquitectura propia, Gramajo comparte un mismo problema con Andino. Si Gioja se lanza como candidato, habrá sangre otra vez. Con un agravante en esta edición 2025: no hay primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Y el PJ no tiene margen para embarcarse en una interna partidaria, con una militancia enojada. Poner las urnas sería exponerse a un papelón por la poca participación. Un tiro en el pie, para llegar a la elección general.
Gioja entiende este escenario como lo entienden todos los que abrigan alguna expectativa de participar. No está nada dicho. Lo peor -como siempre- es la incertidumbre.
PELADO STREAM
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