31 Oct 09:51h
Pasó lo que iba a pasar. De todos los escenarios hipotéticos, salió el mejor para el peronismo porque quedaron primeros el domingo de elecciones y pueden empezar a soñar con el regreso al poder en 2027. Hasta ahí, todo bien. A pedir de boca. El problema son los nombres propios. ¿Cuándo no?
Cristian Andino tuvo su oportunidad de encabezar y pudo celebrar. Hace dos años se quedó con las ganas por partida doble: no pudo ser candidato a gobernador sino a vice y, peor aún, le tocó perder.
Este 26 de octubre, como cabeza de lista de diputados nacionales, ‘El Máquina’ tuvo su revancha. Ganó con 34 puntos, apenas 3 de diferencia sobre Fabián Martín, suficientes para pintar la provincia de azul-celeste en un mar violeta que inundó buena parte del país.
Que Andino aspira a ser candidato a gobernador en 2027 no es secreto para nadie. Sin embargo, no podría cometer el error de lanzarse tan prontamente, sin siquiera haber asumido la banca que le corresponde. Por eso fue llamativo que un par de dirigentes lo postularan esta semana: Franco Aranda y Mauricio Ibarra.
Fue tanto como tirarlo a la parrilla. Lo que sucedió a continuación fue lo natural: Andino tuvo que hablar con Fabián Gramajo, para apaciguar los ánimos.
Como ya se dijo en esta columna, será muy difícil correr al chimbero a un costado luego de que Fuerza San Juan ganó en su departamento con una diferencia de 20 puntos sobre el segundo.
Para cualquier peronista que tenga la ambición de ser candidato a gobernador en 2027, es impensable prescindir de Chimbas.
Cualquiera sea el plan, Gramajo debe estar adentro. Ya sucedió este año. Andino inició su trabajo de instalación con la consigna de tener al chimbero dentro del esquema.
Cuando Nación suspendió las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, hubo temor de que Gramajo jugara por afuera. Que se quedara y que aceptara integrar la fórmula en el tercer escalón fue determinante.
Así como nadie ignora las ambiciones de Andino, tampoco nadie desconoce las pretensiones de Gramajo. De eso hablaron ambos esta semana, con la cabeza un poco más fría.
El diálogo fue aclaratorio y, en alguna medida, fundacional. Se percibe una necesidad mutua.
Este jueves en Pelado Stream, Gramajo dijo que funcionó la fórmula de unidad y renovación. Dijo también que ‘no hay que almorzarse la cena’, parafraseando a su ‘amigo’ José Luis Gioja.
Más claro, imposible.
Andino habló con Gramajo para calmar las aguas. Que el entusiasmo de Aranda e Ibarra no detone la relación. El chimbero le contestó que ese no es el camino. Unidad significa todos adentro. El candidato saldrá llegado el momento. Pero que nadie se imagine en soledad, porque soledad equivale a derrota.
Unidad, por el contrario, no solo puede significar victoria. Fundamentalmente, significa participación en el eventual próximo gobierno. Una cuota proporcional en el esquema de ministerios, por ejemplo.
La duda subyacente es cómo responderá Sergio Uñac a este principio de entendimiento. El senador conserva alta influencia entre los intendentes. Lo demostró en el transcurso de la campaña y también luego de la victoria del domingo: la prensa porteña le atribuyó el resultado. En San Juan ganó Uñac.
Que Andino y Gramajo se corten solos sería impensable. Uñac jamás estará al margen. ¿Y Gioja? Ahí también, como auditor permanente y contrapeso interno.
El 2027 será la próxima línea de meta y, por supuesto, el peronismo no correrá solo. El resbalón de Marcelo Orrego en las legislativas de mitad de mandato habrá servido como estímulo para la oposición, pero también como advertencia para el oficialismo.
Habrá ajustes en todas las direcciones. Rediseño de estrategias. Y un factor adicional: esperar que el otro cometa un error no forzado.
PELADO STREAM
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