
23 Abr 08:36h
Hay que tener ganas de provocar para decir que al peronismo solo lo ordena Javier Milei. Pero hay razones suficientes para sostenerlo, aunque en el camino queden algunos ofendidos.
La reflexión partió de una declaración del líder del Frente Renovador en San Juan, Franco Aranda, que este martes pasó por Pelado Stream. El diputado massista dijo lo que ya se sabe: que el peronismo está desordenado y que hay peleas.
Si todo eso ya se sabe, ¿por qué levantó polvareda en redes? Por aquello de lavar los trapos sucios en casa. Aranda salió a tender la ropa y bastó para que algunos compañeros lo condenen.
A Franco le achacan falta de lealtad. Le reclaman que no se alineó con el bloque giojista aunque había integrado la lista de diputados proporcionales de la fórmula Gioja-Gramajo.
Pronto se abrió de las votaciones en rebaño y aplicó su criterio propio. Así le dio un valioso acompañamiento a Marcelo Orrego en momentos claves, como el RIGI que tanto resistió el peronismo.
Para Aranda, los compañeros están poniendo palos en la rueda y eso está mal. La discusión será inagotable. Pero sirve para entender el momento que atraviesa el movimiento que gobernó la provincia durante 20 años y hoy parece la sombra de lo que fue.
¿Qué tiene que ver Milei en todo esto? Paradójicamente, el Javo podría ser funcional a la oposición como en algún momento lo fue el matrimonio Kirchner. Tanto Néstor como Cristina se favorecieron durante mucho tiempo por la dispersión de la oposición. Hasta que un día esa oposición se unificó bajo el rótulo de Cambiemos.
Así y solo así llegó a la presidencia Mauricio Macri en 2015. Es cierto que al poco andar quedaron al descubierto las inconsistencias de haber reunido al PRO con la UCR y la Coalición Cívica, más una parte del peronismo antiK. Pero en lo electoral fueron efectivos.
Milei podría funcionar de manera similar a los Kirchner. Hoy le ofrece al peronismo y el resto de las fuerzas opositoras desperdigadas una oportunidad de confluir debajo de una misma bandera: ponerle límite al modelo libertario.
Aranda fue consistente con esta lógica. Aunque no habla con Sergio Uñac ni con José Luis Gioja desde el año pasado -y eso significa mucho- están todos en la vereda opuesta a Milei. Por lo tanto, llegará el momento que el presidente sea el motivo para volver a verse las caras.
‘Hay tiempo todavía’, dijo Aranda y tuvo razón. El 7 de agosto tendrán que inscribir alianzas electorales. Ese será un día clave, porque hasta entonces podrán tantear acercamientos.
La pregunta es si Milei será motivo suficiente para unirse o finalmente los rencores serán más fuertes. Algo así está pasando en Provincia de Buenos Aires, donde la guerra entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner, en nombre de Cristina, puso al peronismo al borde del abismo ahí, en el último bastión importante que le queda en todo el país.
Si el PJ pierde Buenos Aires, se habrá quedado sin nada. Eso es lo que estará en juego en las elecciones provinciales que Kicillof desdobló pese a la indignación de Cristina y a la mediación de Sergio Massa.
Massa está muy involucrado. No rompió con los ex socios de Unión por la Patria. Por el contrario, sigue militando la unidad y espera que sus referentes, como Aranda, hagan lo mismo en cada distrito.
Es decir, de Aranda se esperaría que actúe a imagen y semejanza de Massa, que intente acercar posiciones entre Uñac, Gioja, Andino, Gramajo y los mil pedazos del peronismo opositor. Pero hay muchos teléfonos descompuestos. Y mucho murmullo por lo bajo.
Orrego no se las hace fácil tampoco. El temperamento moderado del gobernador y de su vice, Fabián Martín, conquista algunos peronistas dispuestos a dialogar con el oficialismo. Así se construyó la nueva mayoría de aliados en la Legislatura.
Por eso el último recurso del PJ y compañía será que Milei no les deje margen y tengan que entenderse como fuera. Algo así como Macri, que alumbró sin saberlo el Frente de Todos y habilitó la reconciliación entre Cristina, Alberto y Massa. Una alianza exitosa en las urnas, pero, como Cambiemos, inconsistente en el gobierno.
PELADO STREAM
Sin comentarios