
01 Ago 14:23h
El propio Juan Schiaretti le confirmó a su delfín sanjuanino, Emilio Baistrocchi, que incluyeron a Marcelo Orrego en la alianza de gobernadores para encarar la elección legislativa de octubre. Pero no hubo respuesta por ahora.
Tiene razones el sanjuanino para no atarse a ningún armado nacional hasta que decante un poco el escenario. Y tiene antecedentes Orrego, en este metier de esperar hasta último momento cuando se trata de este tipo de decisiones políticas de alto impacto.
Fue notable la coincidencia de dos fuentes muy cercanas al gobernador. Las dos contestaron -palabras más, palabras menos- que ‘no lo ven’ a Orrego subiéndose a ese tren.
No fue adivinación. Ambos lo conocen mucho a Marcelo.
Desaparecido Juntos por el Cambio, aquel bloque de 10 gobernadores ‘amarillos’ quedó desdibujado. Pero Javier Milei los maltrató tanto que terminaron confluyendo hasta con los peronistas -los kirchneristas y los otros- en defensa de los recursos provinciales.
Esa unidad será puesta a prueba la semana próxima, cuando vuelva a funcionar el Congreso. Será un test: ¿algún gobernador arregló por su lado y dejará ‘pagando’ a los colegas? Solo se sabrá cuando llegue el momento de la votación en el recinto.
No hay nada escrito ni, mucho menos, nada definitivo. La confluencia de los gobernadores fue más por necesidad que por vocación. Solo la necesidad pudo juntar a Orrego con Axel Kicillof o Ricardo Quintela. Pero ahí estuvieron todos, en la sede del CFI, para contrarrestar la asimetría con la Casa Rosada.
Por separado son todos débiles. En bloque pueden ser un dolor de cabeza para la escuadra libertaria. Quedó demostrado con la sanción del aumento a los jubilados o la media sanción al reparto de ATNs e Impuesto a los Combustibles Líquidos.
En este trayecto hubo un par de ex Juntos por el Cambio que ya acordaron con La Libertad Avanza en sus provincias. Lo hizo el mendocino Alfredo Cornejo y aparentemente también lo hará en breve el entrerriano Rogelio Frigerio.
Pero otros ‘amarillos’ ya cerraron esa puerta. Fue así que aparecieron en este bloque centrista el santafesino Maximiliano Pullaro y el Chubutense Nacho Torres, aliados repentinamente con el jujeño Carlos Sadir, el santacruceño Claudio Vidal y el cordobés Martín Llaryora.
El manifiesto de presentación que compartieron los cinco en sus redes sociales podría llevar la firma de Orrego perfectamente. Defienden la austeridad y el equilibrio fiscal, con la misma intensidad que defienden la obra pública y el reparto equitativo de recursos en todo el país. Se apropian del concepto de federalismo.
¿Por qué no se sumaría Orrego entonces?
Puede haber varias respuestas. Una de ellas sería medir las consecuencias políticas. Atarse a una alianza electoral de esta naturaleza no tendría tanto efecto en 2025 como en 2027. Claramente el cordobesismo está cosechando respaldos para su proyecto presidencial dentro de dos años.
Apostar apresuradamente le salió mal a Sergio Uñac, no hace mucho tiempo. Pasó de coquetear con aquella mesa del peronismo federal en la víspera de 2019 –Roberto Lavagna, Sergio Massa, Miguel Pichetto y Florencio Randazzo– para terminar apoyando con fervor la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Orrego nunca se precipitó. No lo hizo en 2015, cuando el conductor del espacio era Roberto Basualdo. En primera vuelta jugaron con Massa, cuando todavía era ultra opositor a Cristina. Y solo se sumaron a Mauricio Macri cuando pasó a la segunda vuelta.
La relación de Orrego y de Basualdo con Cambiemos también fue sinuosa. Se integraron al interbloque en el Congreso, en ambas cámaras. Pero jamás perdieron la identidad de Producción y Trabajo. Esa sería la mejor clave para entender su proceder: primero lo local, después se verá lo nacional.
En la campaña de 2019 solo acompañaron a Macri cuando no hubo más remedio. Lo hicieron sobre el filo del cierre de frentes electorales y por la insistencia de Pichetto, por ese entonces candidato a vicepresidente.
Orrego prefiere esperar. Siempre prefirió esperar.
Con estos antecedentes, dos fuentes cercanas al gobernador, consultadas por separado por este periodista, olfatearon y contestaron lo mismo: ‘Este año, no’ y ‘no lo veo’.
Pudo generar cierto entusiasmo la movida centrista en un sector del gobierno de Orrego, pero nadie saldrá a manifestarlo abiertamente sin la aprobación del jefe.
PELADO STREAM
Sin comentarios